Castellar, una fortaleza medieval habitada

La localidad hunde sus raíces en la Edad de Bronce, aunque su verdadera identidad la adquiere con la conquista musulmana

El castillo de Castellar.

Castellar hunde sus raíces en la Edad de Bronce, aunque su verdadera identidad la adquiere con la conquista musulmana, pasando a llamarse Al-Qars. Desde entonces, esta denominación árabe —castillo o alcázar— pasa a ser su emblema más identitario. Castellar viejo, como la conocen, empieza su construcción en el siglo XIII.

El castillo, uno de los pocos ejemplos que existen de núcleo medieval habitado, cuenta con un hotel con encanto del grupo Tugasa (de la red hotelera de la Diputación de Cádiz), un punto ineludible de partida para conocer sus retorcidas callejuelas medievales y contemplar la naturaleza virgen que rodea a un enclave donde todo respira historia. Arriba, la Iglesia del Divino Salvador, el pasadizo llamado algorfa que conecta con el Alcázar, y la Torre de la Almoraima. Abajo, una ruta de mariposas monarcas, entre las muchas actividades en la naturaleza.

En el intramuros de Castellar existen nueve casas rurales, y su cocina viene de la mano de las carnes de caza: el venado, el conejo y la perdiz. La opción del senderismo, como se ha dicho, no tiene discusión al recorrer los algo más de cinco kilómetros de la Calzada Dehesa Boyal, un sendero que transcurre por un camino que se cree es de origen romano.

Castellar, an inhabited medieval fortress

The town's roots go back to the Bronze Age, although it acquired its true identity with the Muslim conquest, when it became known as Al-Qars. Since then, this Arabic name - castle or fortress - has become its most distinctive emblem. Castellar Viejo, as it is known, started to be built in the 13th century.

The castle, one of the few existing examples of an inhabited medieval centre, has a charming hotel belonging to the Tugasa group (part of the Cádiz Provincial Council hotel network), an unmissable starting point to explore its twisting medieval streets and gaze over the unspoilt nature that surrounds a site where everything breathes history. Above it, the Church of the Divine Saviour, the passageway called “algorfa,” which connects with the Alcázar, and the Almoraima Tower. Below it, a monarch butterfly route, among the many nature activities.

There are nine rural houses within Castellar’s walls, and its cuisine is based on game meats: venison, rabbit and partridge. The option of hiking, as has been said, is undisputed when walking the more than five kilometres of the Calzada Dehesa Boyal, a path that runs along a road that is believed to be of Roman origin.