El bar Pochito se ha convertido en una de las sorpresas gastronómicas de Jerez en apenas diez meses de funcionamiento. Desde el Parque Atlántico, este establecimiento dirigido por Juan Panal, junto a su pareja Eduardo Romero y su madre, María Panal, ha logrado conquistar a vecinos y visitantes con una propuesta que combina cocina casera y toques de modernidad.
"La aceptación ha sido muy buena y no nos esperábamos que en tan poco tiempo estuviéramos reservando todos los días", explica Panal, que asegura que fines de semana y festivos es habitual colgar el cartel de completo. La terraza del local, amplia y bien situada, es uno de sus grandes atractivos, ya que el salón interior cuenta con un espacio más reducido con barras y algunas mesas altas.


El nombre del negocio es un homenaje familiar. "Mi padre era muy conocido en la provincia como tapicero y todos le llamaban el Pocho. Cuando yo nací, empecé a ser ‘el Pochito’ y pensé que era el mejor nombre para el bar, porque así nos iban a vincular directamente", cuenta el propietario.
Entre los platos más solicitados figura el Pochito, bautizado igual que el local y definido por Panal como su favorito personal. La receta nació con langostinos al ajillo acompañados de patatas fritas y huevos de campo, pero evolucionó con el tiempo. "Probamos con gambones y fue una locura, gustaba mucho más por el sabor que aportaban", relata.


Junto a este plato estrella, destacan la carrillada al Pedro Ximénez y la ensaladilla de cristal. "La carrillada lleva muchas horas de reducción y queda como un caramelo", explica. Sobre la ensaladilla, precisa que se trata de una receta tradicional servida con huevo frito de campo y gambitas de cristal, cuya mezcla sorprende por su sabor.
La filosofía de la cocina en Pochito es clara: todo se elabora desde cero. "Hoy en día muchos bares reciben la comida ya hecha, pero aquí lo cocinamos todo nosotros. La gente lo nota y dice que sabe a comida de verdad", afirma Panal. La carta combina recetas tradicionales andaluzas con un toque contemporáneo y se complementa con propuestas fuera de carta que cambian cada semana.
Reservar como forma de asegurar una mesa
El local tiene capacidad para unas 20 mesas entre interior y exterior, y en temporada alta recomienda reservar con antelación. La gran afluencia es habitual incluso entre semana, gracias al boca a boca y la fidelidad de la clientela.

En cuanto a horarios, el bar abre de viernes a domingo desde las 12.00 del mediodía hasta la 1.00 o 2.00 de la madrugada. Los martes, miércoles y jueves funciona solo en horario de tarde, a partir de las 19.00 horas, mientras que los lunes permanece cerrado para descanso del personal.
La carta no es muy extensa, pero se refuerza con creaciones temporales y productos de temporada. Entre las últimas novedades se encuentran hamburguesas de carne de retinto, pimientos del piquillo rellenos de gambas y merluza, albóndigas de choco al oloroso, y tostas con aguacate al ajillo. "Siempre intentamos que haya algo nuevo para que la gente repita y siga probando cosas distintas", concluye Panal.


