'Endemoniao', el caballo más viejo de la Feria

Jorge Sabán es un fotógrafo linense que recorre las ferias de la geografía andaluza con el escenario portatil que heredó de su abuelo Antonio. "Los móviles se han comido este negocio", lamenta

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Endemoniao está hartito de Feria. Lo ha montado tanta gente que tiene cada ojo mirando a diferentes entradas del Real. Un pie sobre una silla de madera, a modo de zanca, y para arriba. Ya está una señora canariona, con un sombrero cordobés fariseo y un clavel rojo incrustado, a lomos del caballo monigote del estudio de fotografía de Antonio Sabán. "Desconozco la edad que tiene ese caballo, pero puede tener más de 40 años", apunta este hombre natural de La Línea y dueño del patio andaluz ambulante de su abuelo desde 2011.

Heredó el negocio familiar en la peor época: tiempos de crisis económica y, sobre todo, de selfies. "Hay gente con mucha cara. Gente que se sienta en mi módulo y se hace la foto con su propio teléfono móvil", comenta. Y es que justo después de que Jorge capture el posado alegre y divertido del grupo, una de ellas le pide a una amiga que le saque una foto mientras simula tocar una guitarra flamenca de juguete. "¿Ves? Esto es lo que te decía. Yo cobro por esto, pero ahora no voy a ser un malaje", susurra. "Los móviles se han comido este negocio".

En el Paseo de las Palmeras de la Feria del Caballo, la avenida principal del parque González Hontoria, dos estudios de fotografía abren y cierran las puertas a la par. No son competencia, son compañeros. Calcan la lista de precios y el modus operandi; lo que cambia es el semental de mejunje Art Attack y el escenario. Durante esta semana solo están ellos dos, pero no son los únicos feriantes. "Claro que hay muchos más", indica Jorge. Sin embargo, no todos se recorren el calendario de las ferias andaluzas. "Hay algunas donde no vale la pena ir", indica Pepe Valero, ayudante del actual propietario del estudio durante estas fiestas. Almería y Córdoba, descartadas. ¿Por qué? "No sé, mi padre no iba y yo continúo con la tradición", contesta Jorge, que ha acompañado a su padre de feria en feria desde que tenía tan solo seis años. "Aquí se hacen fotos grupos de amigos, excursiones, extranjeros y un grupo de Navarra que viene todos los años", rie Pepe.

"Algunas se han llegado a orinar encima de la sillitas de la risa"

Más allá de la temporada de ferias, Jorge trabaja como fotógrafo de orlas en diferentes colegios de la provincia, y Pepe tiene un puesto de venta ambulante de pulpo asado o de castañas en Gibraltar y La Línea. Y, ¿se gana bien en la Feria? "Cada año un poco menos, pero cuando vengo es por algo", responde, mientras imprime las fotografías del grupo de mujeres. Su abuelo utilizaba una Polaroid y las sacaba al instante, hoy Jorge usa una Canon y tarda unos segundos de cortesía.

"¡Mira que estamos zembrá!", bromea una. "¡Un tablao!", se escucha alrededor del estudio de Jorge, al rato que otra persona pasa, se detiene y le saca una foto al escenario portátil. Sus macetitas, sus azulejos sevillanos, sus cortinitas de lunares, sus cartelillos taurinos... todo en diminutivo y todo muy llamativo. Un pequeño espacio donde la gente siempre tiene una gran sonrisa. Pero cuentan que hay de todo. "Gente simpática o gente malaje. Y hay que tener cuidado porque a veces se llevan el material de atrezzo", resalta Pepe.

"Corre, apunta ahí: Para pagar 12 euros cada una, me puedo llevar una hora esperando", bromea Jorge, al ver cómo las señoras buscan unos eurillos en sus monederos para ajustar cuentas. "Hay gente que se extraña cuando yo digo que cobro por esto", agrega. Para ellos el negocio de la fotografía ha caído en picado desde 2005, cuando empezaron a comercializarse los primeros móviles con cámara.

¿Lo más raro que os ha ocurrido aquí? "Algunas se han llegado a orinar encima de la sillitas de la risa", destacan. Pero, en general, expresan que es un trabajo que requiere mucha paciencia y más cuando la gente lleva unas copas de más. El levante sopla y levanta el albero del Real. Endemoniao se llena un poco de polvo pero no le molesta. Jorge dice que es un caballo fuerte, el más pesado que tiene y que, con una mano de pintura, volverá a estar como ¿nuevo?

Sobre el autor:

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Claudia González Romero

Periodista.

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