Un manantial con historia.
Secularmente, los privilegiados lugares de la Sierra de Cádiz en los que surgen fuentes y manantiales contaron con asentamientos humanos en sus cercanías. En los siglos medievales, en estos entornos es segura la presencia de los árabes, quienes sintieron especial atracción por el agua para, mediante azudes y acequias, utilizarla para el riego. No es de extrañar por ello que algunos de estos rincones serranos sean conocidos desde antiguo por sus afamadas huertas, tal como sucedió en Zahara con las de Bocaleones y Arroyomolinos, en Benaocaz con las de Tavizna o en Grazalema con las de la Ribera de Gaidovar. Pero sin duda, las 'Huertas' por excelencia y con mayúscula fueron siempre las de Benamahoma. A ello contribuyeron sus copiosas fuentes entre las que destaca, como ninguna otra, la conocida como El Nacimiento.
Este antiguo nombre de 'Los Cachones' (frecuente en otros manantiales de distintas provincias) hace alusión a la forma en la que el agua aflora del interior de la tierra por numerosos manaderos, ya que un “cachón” es un chorro de agua que cae a poca altura y rompe formando espuma. Este fenómeno lo podemos observar todavía en el entorno del manantial donde en diferentes puntos (junto al camino que baja al Museo del Agua, por ejemplo), el agua sigue brotando entre las rocas y la vegetación formando pequeñas chorreras espumosas o “cachones”, por donde desagua también esta gran surgencia.
Aguas abajo, hubo hasta los años cincuenta una fábrica de luz, la Eléctrica de la Sierra, que mediante un salto artificial aprovechaba el caudal permanente que el manantial proporciona al río de El Bosque. A comienzos de los ochenta se instaló una piscifactoría a los pies del manantial y en estos años no han faltado tampoco polémicos proyectos para la creación de una planta embotelladora. Junto a todo ello, de la mano de la pureza de las aguas de El Nacimiento, la pesca deportiva, con el coto truchero más meridional de Europa y el turismo rural que, desde hace más de medio siglo, tiene en Benamahoma un referente privilegiado y en su famoso manantial, visita obligada (2).
La surgencia del Nacimiento debe su origen a la peculiar estructura geológica de la zona y a la excepcional pluviosidad de la Sierra de Grazalema. Las aguas subterráneas afloran a la superficie en la zona de contacto entre las calizas liásicas que lo integran y los materiales impermeables triásicos que, a modo de suelo, impiden su progreso hacia cotas más bajas viéndose obligadas a buscar una salida.
El insigne ingeniero de minas y geólogo Juan Gavala Laborde, tras la visita que realiza a estos parajes en 1917 lo expresa así: “…los macizos de calizas liásicas y jurásicas, que tan grandes superficies ocupan en la serranía, constituyen importantes cuencas de infiltración de las aguas meteóricas e inmensos depósitos de alimentación de los manantiales… Como estas rocas están muy fisuradas y sus capas cortadas por repetidas fallas, las aguas circulan por su interior con gran facilidad, y acumulándose en las juntas de separación de los estratos, en los planos de falla y en las cavernas interiores que ellas mismas han producido al disolver el carbonato de cal, llegan a formar grandes depósitos subterráneos que desbordan constantemente por las grietas cuyo nivel es interior al hidrostático del macizo en que se reúnen”. (3)
Los estudios realizados en esta zona han determinado que el conjunto de montañas calizas que integran la Sierras del Pinar, Monte Prieto y otras colindantes, limitadas al sur por el conocido Corredor del Boyar, constituyen una Unidad Hidrogeológica alimentada por las infiltraciones del agua de lluvia a través de los potentes estratos de calizas y dolomías, de hasta 700 m. de espesor en algunos puntos, muy fallados y fisurados. El “muro” o suelo impermeable de esta unidad lo constituyen materiales triásicos (margas, yesos…). El drenaje de las aguas subterráneas tiene lugar a través de importantes manantiales como los de Arroyomolinos y Grazalema (extremo NE del macizo) y el de El Nacimiento de Benamahoma (extremo SO), habiéndose estimado que los recursos medios de esta unidad, es decir, la cantidad de agua que aflora de sus fuentes, es de 14,1 Hm3/año (Atlas Hidrogeológico de la Provincia de Cádiz), de los que la mayor parte proceden del Nacimiento de Benamahoma. A título comparativo baste decir que los recursos del segundo manantial en importancia de la provincia, el de Tempul, se estiman en algo más de 5 Hm3/año. (5)
Junto a los aprovechamientos tradicionales a los que ya nos hemos referido, han existido proyectos para embotellar el agua de El Nacimiento, de excepcional calidad, que por su composición química estable en el tiempo, le valió ser declarada mineromedicinal ya en 1975, estando catalogada actualmente como agua mineral natural. En un interesante artículo con el elocuente título “Beba Grazalema”, el periodista Rafael Navas (actual director de Diario de Jerez) relataba, hace ya veinticinco años, los intentos empresariales para embotellar el agua de Benamahoma. A las primeras ideas de comercialización del jerezano Manuel Muñoz Diosdado, en 1969, se sucedieron los de la sociedad Aguas de Benamahoma (1980), que llegó a construir una gran nave para la planta embotelladora, y los de la multinacional belga Spadel (1989), todos ellos frustrados. En 2003 se anunció la inversión de 9 millones por parte de Lanjarón (Grupo Danone) para la construcción de una nueva planta embotelladora, que no llegó a levantarse, existiendo en la actualidad nuevos proyectos. (7)
Nosotros, cada vez que venimos a Benamahoma preferimos acudir a 'El Nacimiento' para beber su agua fresca, recién salida de las entrañas rocosas de la Sierra del Pinar y disfrutar del hermoso paraje en el que se encuentra, dando un paseo por el camino que conduce hasta la fuente para bajar luego por una agradable y corta senda, hasta el antiguo molino harinero que, rehabilitado, acoge el Eco-Museo del Agua. Si lo prefieren, pueden acudir también a la Fuente de los Tres Chorros, situada en el pueblo, a unos doscientos metros del manantial, y de la que se abastecen todos los lugareños llenado sus garrafas… O llegarnos hasta la cercana piscifactoría, o pasear por las riberas del Majaceite para bajar por el sendero del río hasta El Bosque. Sea como fuere, nos gusta siempre recordar el viejo proverbio chino y no se nos olvida que el agua de Benamahoma viene de la fuente por excelencia: la de El Nacimiento.
Para saber más:
(1) Diccionario Geográfico Estadístico Histórico MADOZ. Tomo CADIZ. Edición facsímil. Ámbito Ediciones. Salamanca, 1986, p. 58.
(2) Bel Ortega, C. y García Lázaro, A. (1990): La Sierra Norte. Guías naturalistas de la Provincia de Cádiz. Diputación Provincial de Cádiz. También puede consultarse: Bel Ortega C. y García Lázaro A.: Itinerarios Didácticos de la sierra de Grazalema. Instituto de Ciencias de la Educación. Universidad de Cádiz. 1983
(3) Gavala y Laborde, Juan.: Descripción geográfica y geológica de la Serranía de Grazalema. (Del Boletín del Instituto Geológico de España, tomo XIX, 2ª serie). Madrid, 1918, pg.139
(4) Gutiérrez Más, J.J. et alt.: Introducción a la Geología de la provincia de Cádiz. Universidad de Cádiz. 1991
(5) Atlas Hidrogeológico de la provincia de Cádiz. Diputación Provincial de Cádiz. 1985.
(6) González Quijano, P.: El Pantano de Guadalcacín y las Obras Hidraúlicas. Revista de Obras Públicas, nº 2071. Junio. 1915. (aporta las referencias de aforo realizadas por Ángel Mayo). También puede consultarse para más datos de la visita de Ángel Mayo a estos manantiales en 1961: Memoria relativa a las obras del Acueducto de Tempul para el abastecimiento de aguas a Jerez de la Frontera, por D. Ángel Mayo. Anales de Obras Públicas, nº 3. 1877.
(7) Navas Renedo, Rafael: Beba Grazalema, Diario de Jerez, 19/02/1989.