Es uno de esos pequeños templos paganos que tiene cada ciudad y pueblo. De los que acogen aquelarres chismosos con fecha fija, ofician intrigas politicas y encierran decisiones políticas o empresariales, siempre dentro de la mínima escala local. De esos a los que va la versión lugareña de la gente importante.
Sus salones han vivido miles de encuentros y celebraciones entre familias y amigos durante seis generaciones, como mínimo. Es una de las plazas fijas de la pequeña burguesía local, obligada ahora a compartir espacio con los turistas, a la gente bien que gusta de ir a ver y a dejarse ver.
Es de esos lugares en los que mirar las paredes y ver las fotos de las celebridades que han pasado por allí es un atractivo más. Mágico González, Rubalcaba, Anne Hidalgo, Los del Río, Los Morancos, Santiago Segura, Grande-Marlaska y Pedro Sánchez, todo el carnaval, todos los alcaldes y concejales, todo Cádiz.
Pero a los de siempre también les llega la jubilación y el Bar Terraza, en la plaza de la Catedral de Cádiz, cierra su etapa fundacional. Este negocio familiar nació en 1953 y durante los últimos dos tercios de esa vida comercial ha estado en manos de Pelayo García de la Borbolla, anfitrión y alma mater.
Durante los últimos meses, en la hostelería gaditana ese anunciado retiro, el de Pelayo, ha sido una comidilla constante. Qué sería del Bar Terraza. Quién se quedaría con un local estratégicamente situado, entre la calle Pelota y Arco de la Rosa. Miembros de la plantilla admiten que hubo distintas conversaciones. Bien con un conocido grupo local de restaurantes, bien con dos franquicias, o cadenas especializadas en comida rápida.
Al final se ha impuesto un grupo con origen en Madrid, llamado Casa Remigio. Asegura que mantendrá la esencia de la oferta del local, su nombre e incluso buena parte de la decoración.
El Bar Terraza no desaparece, por tanto. Se transforma. A finales del próximo mes de diciembre, probablemente tras la Navidad según trabajadores de la plantilla actual, se producirá un cierre para obras de reforma.
A finales de enero o principios de febrero debería producirse la reapertura ya con la propiedad de una empresa que tiene otros establecimientos en la provincia de Cádiz, como los chiringuitos de alta gama Beach Club Vistahermosa y Beach Club Las Olas, en El Puerto de Santa María, o el restaurante Demente, en Tarifa.


