La 'Casapuerta' de Cádiz donde cabe todo el mundo: "Desde un catedrático a la señora del barrio"

Luisa Barrios Vázquez es de Arcos y lleva 22 años en la capital gaditana, donde en 2016 comenzó este proyecto gastronómico-cultural en el número 40 de la calle Sagasta

Luisa Barrios Vázquez, en la entrada de La Casapuerta en la calle Sagasta de Cádiz.

Según el habla de Cádiz, una casapuerta es el espacio cubierto entre la puerta de la calle y la vivienda. Los señores –o señoros– de corbata y poltrona de la RAE así lo definen también. En el número 40 de la calle Sagasta encontramos una con especial vidilla. ¿Su nombre? La Casapuerta. ¿Y su encargada? Luisa Barrios Vázquez, una arcense que lleva nada menos que 22 años viviendo en la capital gaditana.

Para entender el sentir de este proyecto gastronómico-cultural hay que conocer a Luisa. Llegó a Cádiz con 17 años como estudiante de Filología Clásica y cuando terminó su etapa universitaria tuvo muy claro que no quería volver al pueblo. “Trabajé dando clases durante muchos años, pero por desgracia el Latín y el Griego cada vez van a peor y cuando me ofrecieron coger el bar ni me lo pensé”, comenta a lavozdelsur.es.

Septiembre de 2015 fue la fecha de un comienzo accidentado. “El día que cogí el local me puse a limpiarlo y acabé partiéndome el calcáneo”, rememora Luisa, que tras cinco operaciones, pudo abrir un año después. "Al principio lo pasé muy mal porque me encontré con una situación que no era la que esperaba", expresa esta mujer, que a base de trabajo y constancia, pudo enfocar el proyecto hacia dónde quería: la cultura y la gastronomía.

Luisa atiende los desayunos en la Casapuerta.   MANU GARCÍA
 

La relación con el vecindario es una historia a parte. “Cuando abrí me encontré a todos los vecinos en contra”, reconoce Luisa, que también se enfrentó a la negativa de muchas personas de ir a su local. Pero la Casapuerta de esta mujer que “literalmente se ha dejado la vida” nada tiene que ver con el bar anterior. Ahora encuentra en el barrio una familia. “Todos me cuidan, a veces me traen la comida o la cena y algún que otro dulce casero”, señala con alegría. Es tal la relación de cuidados, que Luisa asegura que “alguna noche, si no está José Manuel (pareja de Luisa y encargado del ámbito cultural del espacio) en invierno, algún vecino me ha acompañado a casa para que no vaya sola”.

Heterogéneo, cultural y gastronómico

Si hay algo que caracteriza a la Casapuerta es que lo mismo te encuentras a un catedrático que a una vecina de toda la vida. “Y lo mejor, que todo el mundo habla con todo el mundo, nadie se siente solo o apartado”. Un carácter intrínseco de la gente de Cádiz, motivada por la ausencia de jerarquías o señoritismo andaluz. “Aquí te ves a Alberto Ramos de la Universidad de Cádiz hablando con Antonia, una mujer del barrio”, corrobora Luisa, que después de haber probado todos los horarios y, pasada la pandemia, primó los desayunos a las copas de madrugada.

Aquí los desayunos son el punto fuerte. O, mejor dicho, el pan. “Horno Artesa –que trabaja con las cuatro estrellas Michelin de la provincia– me lo trae cada día directamente de Arcos”, comenta Luisa. Los encantos fermentados de este producto han conseguido que trabajadores y trabajadoras de la UCA y Diputación vayan expresamente a la calle Sagasta para disfrutar del exquisito bocado matinal. El horario de mañana es de 9:30 a 15:30/16 horas.

El desayuno es el mayor reclamo de este espacio gastronómico-cultural en el centro de Cádiz.   MANU GARCÍA

Sin olvidar los quesos y embutidos también provenientes de Arcos y las preciadas caballas de temporada de Paquiqui de San Fernando. “El dobladillo que hago es espectacular”, aprecia su artífice, quien recuerda que el horario de tarde es de 20:00 a 00:00 horas. “Eso de que asociaran la Casapuerta con un bar de copas no me gustaba, así que reduje el horario de noche”, aclara Luisa.

Jueves culturales y domingos para comensales. “José Manuel Cueto Serrano es el encargado de la programación cultural, basada sobre todo en presentaciones de libros y tertulias de teatro o carnaval”, cuenta su compañera. En la Casapuerta también se habla de comercio local como forma de apoyar a los negocios que van abriendo en la ciudad. “Damos la oportunidad de que se expresen y comenten sus planes para Cádiz”, señala. El último día de la semana está dedicado a los paladares exquisitos. “O ponemos algo típico de la provincia como aperitivo o alguien trae algún producto gastronómico para mostrarnos”, asegura su promotora.

Unos turistas observan el acceso a la Casapuerta en el número 40 de la calle Sagasta.   MANU GARCÍA
Por la Casapuerta han pasado casi todos los blogueros gastronómicos de Cádiz (Grupo gastronómico gaditano, El Almirez, Cuarto y mitad, María Luisa Ucero, Charo Barrios) para hablar de sus libros y blogs. El pasado domingo contaron con la presencia de la bióloga Carmen Segundo, que dio una charla sobre intolerancia a la lactosa titulada Qué leches me pasa. Todo saber compartido es bienvenido en este lugar. Que, precisamente, por eso se premia. “Todos los años organizamos los premios de la Casapuerta con distintas categorías escogidas por nosotros mismos, exceptuando la de los clientes, que este año se lo han dado a José Lucas Pérez, autor del libro de ¿Las algas se comen?, con quien pudimos degustar algas después de su charla. O María Luisa Rivas en la categoría de pintura, por una exposición mensual que hizo en el bar”, concluye Luisa, quien garantiza "el buen rollo" a navegantes de Sagasta y aledaños. 

 

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