Comer un buen pescado en Jerez es algo que se consigue desde hace años por el alto nivel de muchos de sus restaurantes. Un ejemplo de ello es Albur, en la Avenida de la Cruz Roja, un espacio donde tapas, raciones y platos para compartir conviven en un entorno que respeta los productos locales. Su nombre no es casual: proviene del albur, un pez plateado que recorre el río Guadalquivir hasta acercarse al océano Atlántico, evocando la frescura y la cercanía del mar a la mesa.
Al frente del restaurante está Francis Castell, que abrió Albur el 1 de julio de 2021. Desde entonces el restaurante ha ido evolucionando, pero siempre con la premisa de apostar por lo auténtico: "A mí me gusta ir al mercado de abasto a comprar pescado, que la verdura sea de aquí de la zona. De hecho, los vinos que yo trabajo son todos vinos de Jerez o de la tierra de Cádiz y apostamos por el producto local", asegura. Para él, defender lo propio es fundamental: "Si no defendemos nosotros lo nuestro, no va a venir nadie a hacerlo".

Aunque el pescado domina la oferta, la carta no se limita a él. Castell combina propuestas de carne como la retinto de la zona de Vejer, junto a hamburguesas premium que complementan el menú con los nombres de Malabestia, Traviesa y Gamberra. “Las hamburguesas se han puesto de moda y nosotros le damos nuestro toque", señala, consciente del gusto de muchos clientes por estos productos.
Entre los platos que más éxito tienen se encuentran la ensaladilla de langostinos, el flamenquín de puerro relleno de queso o las patatas bravas. No falta el atún en diferentes especialidades y diversas preparaciones de pescado frito, mientras que el brioche relleno de carrillada con crema de queso payoyo se ha convertido en un clásico de la casa. "Hay platos que ya son nuestra bandera y la carta es muy variada”, afirma Castell, satisfecho con la respuesta de quienes descubren Albur por primera vez o vuelven como clientes habituales.


Para dinamizar los días más tranquilos de la semana, Albur ha implementado promociones de 2x1 en pescado frito y marisco. "Pensamos en martes, miércoles y jueves ofrecer el tema de una promoción. El cliente llega, se pide su plato de pescado o de marisco, pide otro y nada más que se cobra uno. Creo que es un plus para potenciar esos días más tranquilos", explica el hostelero.
Con 28 años de experiencia en hostelería, Castell describe su trayectoria como vocacional. "Empecé en el centro, en la Plaza Rafael Rivero, en un local pequeñito que se llamaba la Taberna Marinera y, a partir de ahí, 28 años de dedicación profesional a este gremio”, recuerda quien también formara parte del proyecto de Botavino.


La ubicación del restaurante contribuye a su atractivo: una zona consolidada a nivel hostelero, con facilidad de aparcamiento y cercana al centro, colegios y hoteles. "Aquí no hay problema de aparcamiento, porque la cantidad de plazas gratuitas es fundamental", apunta Castell, que valora tanto la comodidad para los clientes locales como la accesibilidad para los turistas que llegan a Jerez buscando gastronomía de calidad.
Y con la cercanía de la Navidad, Castell destaca la afluencia constante de clientes, especialmente los sábados y durante periodos festivos, cuando los aparcamientos del centro se llenan temprano. "Hay gente que viene de fuera buscando sitio y se va andando al centro desde aquí. Para nosotros es una buena época y estaría bien que las zambombas no se concentraran solo en el centro", señala.

Además de la gastronomía, Albur se ha convertido en un punto de encuentro donde la experiencia va más allá del plato. La terraza del restaurante, especialmente animada durante la Feria y en los fines de semana, permite disfrutar del ambiente de la zona en un momento importante para los restaurantes de Jerez. "Ahora, en Navidad, en la Feria, o en verano, hay mucho turismo gastronómico que viene a Jerez. La ciudad ha cogido bastante fama y el año que viene con el tema de la capitalidad de la gastronomía española va a ser todavía mejor", explica Francis Castell.



