Alejandro González, presidente de la asociación de vecinos del centro histórico de Jerez, propone un recorrido sin salir del casco antiguo en el fin de semana: bodegas centenarias, comida casera en una casa familiar, saetas, baños árabes, torrijas y mucho patrimonio.

"¿Un fin de semana en la parte deprimida del centro histórico? ¿Es posible? Rotundamente sí. Y digo más, faltaría tiempo, aunque pueda haber muchos que no lo crean". Quien así se expresa es Alejandro González Morillo (Cádiz, 1980), primer protagonista de 'DeFinde con...', una nueva sección de lavozdelsur.es donde cada semana una cara conocida o un vecino más desconocido de Jerez o la provincia nos propondrá sus guías preferidas para pasar 48 horas de turismo por algunos de los rincones más bellos y exóticos de Cádiz. En el caso de Alejandro, se trata del presidente de la federación andaluza de asociaciones de vecinos de centros históricos —que incluye a la de Jerez, que él mismo preside—. Aparte de ser un devoto de la preservación del patrimonio y una de las voces de la provincia que más lucha contra el fenómeno de la gentrificación, este licenciado en Filología Clásica (que ahora prepara su tesis doctoral en la UCA) destapa sus preferencias e invita, de su puño y letra, a un recorrido de fin de semana por algunos de los lugares más reconditos —también por los más reconocibles— del intramuros jerezano. Una ruta que incluye también suculentas sugerencias gastronómicas.

VIERNES-TARDE

1. La Fonda del Barranco

En el corazón de intramuros, se trata de un hotel con muchísimo encanto. Quien quiera recibir un trato casi familiar estará en su salsa.

2. Paseo al caer el sol por la belleza decadente de San Mateo y San Lucas

Durante este fin de semana es imposible estar en el centro histórico y no ser absorbido por el ambiente cofrade y semanasantero, así que hay que aprovecharlo. Desde luego esta primera tarde de viernes, para colmo 'de Dolores', la emplearía en cogerle el pulso a la zona, pasear por ella y comprobar el enorme potencial que se oculta tras su evidente aspecto decadente. Un recorrido reposado por la plaza del Mercado, San Mateo, la muralla almohade, plaza Melgarejo, Francos, San Lucas, Plaza Ponce de León... Sin duda, referencias que no hay que dejar pasar por alto y que, muy posiblemente, al ser el día que es, nos permitirá contemplar los templos abiertos y los pasos procesionales montados por las diferentes hermandades.
3. Palacio del Virrey Laserna

Ya a media tarde merece la pena acercarse y visitar uno de los pocos palacios habitados y visitables de la ciudad, como es el del Virrey Laserna o Conde de los Andes, muy cerca del Alcázar y la plaza del Arenal. Allí sus habitantes, los hermanos Asís y Álvaro Moreno, nos contarán la historia de su casa y nos admiraremos de sus increíbles espacios.

4. La Taberna del Segura

Como el paseo es largo y hay que pararse a menudo para fijarse bien en los pequeños detalles, se nos habrá venido encima la hora de cenar. Si buscamos un lugar con atención cercana y realmente encantador, recomiendo la Taberna de Segura, que es la casa de Antonio Segura y su mujer, Mari. Allí, aparte del trato familiar, podremos probar exquisiteces como sus estofados de jabalí, carne de toro o venado. Sus guisos de pollo de campo y sus potajes son también una delicia. También su pescado frito, todo comprado diariamente en la plaza de abastos de Jerez, con lo que aseguramos frescura y calidad a un precio nada desorbitado. Además cuenta con una terraza en el antiguo cine Astoria, que hoy por hoy es el único espacio totalmente peatonal del centro histórico de esas características. De ahí podemos seguir paseando por la zona de la catedral y el Alcázar, cuya visión nocturna nos dejará grabadas imágenes inolvidables.

SÁBADO

5. Bodegas con cuadros de Goya, Velázquez y El Greco

Y llegamos al sábado. ¿Venir a Jerez y no ver bodegas? ¡Imposible! En el centro histórico tenemos la bodega más antigua y la más peculiar de todo el Marco. Podemos comenzar visitando Bodegas Tradición, en calle Cordobeses. Allí veremos cómo se obtienen los vinos VOS y VORS, pues esta bodega sólo comercializa estos productos de gran reserva. Pero lo más curioso y encantador es su pinacoteca. Jamás un visitante podría imaginar esa instalación en un entorno como el que se ubica. Obras de Goya, Velázquez, El Greco… Vino y arte, ¿se puede pedir algo más?

6. Visita a la bodega más antigua del Marco: casi tres siglos de historia

Luego, ya entorno al mediodía, las bodegas Fundador son otro lugar imprescindible, ya que no en vano visitaremos la bodega más antigua del Marco de Jerez, con casi tres siglos de historia. En este caso, ya hablamos de una instalación bodeguera grande, con patios increíbles y jardines evocadores, donde podremos ver botas firmadas por multitud de personajes históricos o el catavino del que bebió el rey Alfonso XIII cuando visitó la bodega a principios del siglo XX. En ambas bodegas se ofrece una degustación de vinos durante la visita. Sin salir de Fundador, y como el vino y la caminata nos habrá dado hambre, la Tapería Fundador es el lugar ideal para reponer fuerzas en un entorno único en Jerez. Vinos de calidad y tapas de categoría servidas con gran profesionalidad por el equipo de Miguel y su gente. Además es un lugar ideal para visitar con niños, ya que el patio de entrada a la bodega, amplio y despejado, permite jugar y correr a estos sin peligro alguno.
7. Palacio de Camporreal

Ya empezada la tarde, y paseando por plaza Basurto llegaremos al impresionante palacio de Camporreal, otro de los palacios que se pueden visitar, aunque no con tanta facilidad como el del Virrey. También veremos la fachada del palacio de los Dávila y su balcón de esquina, el único de sus características en la ciudad junto al del Palacio de los Ponce de León, que vimos el día anterior. La estrechez evocadora de Benavente Alto desembocará en la plaza Belén, por cuya historia sería recomendable preguntar a cualquier vecino con el que nos crucemos.

8. Torrijas y dulces de toda la vida en la confitería de los hermanos Perea

Un poco más abajo, ya en calle Barranco, podremos comprar torrijas y dulces de toda la vida en la confitería de los Hermanos Perea antes de dirigirnos hacia plaza Peones y visitar en Zoco de Artesanía, un lugar que, aunque ciertamente desaprovechado, siempre es recomendable.

9. Relajación en los baños árabes

Para relajarnos de tanto andar, comer y beber, antes de cenar y seguir es muy recomendable echar un par de horitas en los baños árabes de la calle Salvador, lugar de donde saldremos absolutamente relajados y con las pilas totalmente cargadas para afrontar lo que viene.

10. Saetas en la Nave del Aceite

Y lo que viene es acudir a las 21 horas a la final del concurso de saetas de la peña flamenca Buena Gente en la Sala Compañía. Hemos disfrutado del vino y del arte, pero nos faltaba el flamenco, y qué mejor forma de disfrutar de él que la final de un concurso que va camino ya del medio siglo de historia. Después podremos cenar de “batalleo” en la sede de la propia peña, de nuevo en plaza Belén, donde tras unas cuantas copas de vino podremos disfrutar de las vivencias que se dan allí entre los grandes artistas flamencos que suelen parar por allí. De allí a la cama, aunque sea tarde, que ya hemos consumido casi todo el tiempo y aún hay muchas cosas por ver.

DOMINGO-MAÑANA

11. Un poco de patrimonio eclesiástico y Museo Arqueológico

Amanece el Domingo de Ramos. En este caso, tenemos dos opciones: o empaparnos del ambiente único de esa mañana y visitar las iglesias; o la cita ineludible de visitar el Museo Arqueológico, en la plaza del Mercado. Aunque siempre quedará la posibilidad de disfrutar un poquito de cada cosa. Desde luego, el Museo hay que verlo, ya que guarda en su interior objetos y obras interesantísimas y de un alto valor histórico y artístico. Tanto para visitar el Museo como para ver el Alcázar, la Catedral, los palacios o las iglesias es recomendable contratar a Margarita Lozano, de la empresa NoSoloJerez, que es la única que enseña a los visitantes el verdadero corazón de la ciudad, alejándose de los circuitos convencionales del centro comercial. Nos falta tiempo. No hemos podido ver el interior de la Catedral o del Alcázar. Sin duda, serán motivos para volver a la zona intramuros de Jerez, esa que muchos dicen que da miedo, que qué pensarán los turistas, pero que, si se sabe vivir y disfrutar, nos dejará una huella imborrable en el corazón y unas ganas eternas de volver. Quizá en la próxima visita haya menos motivos para lamentarse por su estado, pero quién podrá quitarnos lo “bailao”? 

Sobre el autor:

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Paco Sánchez Múgica

Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Desde 2014 soy socio fundador y director de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología; hice la dramaturgia del espectáculo 'Soníos negros', de la Cía. María del Mar Moreno; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero', que organiza la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Accésit del Premio de Periodismo Social Antonio Ortega. Socio de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) y de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

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