Llega el verano 2025, año turismo que no conoce frenos, límites ni piedad desde la recuperación global de la enfermedad mundial en verano de 2022. La gente —eso que todos señalan como si nadie formaran parte— ha decidido ir a todas partes en todo momento, ya no hay temporadas ni picos, pero durante los meses de buena climatología la querencia se dispara hasta lo insólito.
Junio, julio, agosto y septiembre forman los cuatro fantásticos meses dentro de un fenómeno que nunca tuvo más practicantes durante todo el año: la escapada corta o larga, lejana o cercana, con amigos, en familia, emparejados o hasta de uno en uno.
Entre tanta demanda y tanta oferta parece más necesario que nunca elegir, escarbar entre un everest de folletos imaginarios y digitales para encontrar un destino particular, quizás no masificado todavía, pegado al mar o tierra adentro, ligado a una curiosidad atrayente.
Esta diez propuestas pueden reunir esos requisitos y evocan culturas o nombres de mitos legendarios y reales que dejaron su huella en una tierra de asombrosa riqueza natural e histórica, la última frontera Sur de Europa, la primera de África, puerta entre Mediterráneo y Atlántico. Es difícil encontrarla, pero siempre convienen las ayudas para buscar paz viajera en tiempos revueltos.
La vuelta al mundo en 80 minutos
Los que prueban dicen que no es volar, es flotar. En silencio, sin más motores que la gran mecha intermitente y al viento, suave, que sople ese día. Las rutas en globo se han convertido en una vivencia de primer orden para observar paisajes de forma incomparable.
Arcos de la Frontera presentaba en primavera de 2025 nuevas propuestas y otros parajes los ofrecen hace años. Ronda, uno de los escenarios más sobrecogedores de Andalucía.
Ofrece un vuelo que oscila entre los 60 y 90 minutos, con desayuno, agua y cava a bordo, diploma de vuelo, un vídeo y un sombrero como recuerdos. El pasaje de adulto cuesta, en el caso rondeño, 205 euros, 165 para pasajeros con menos de 14 años. En Arcos son 195 euros por pasajero adulto con desayuno campero y cava, vídeo y diploma.
La sierra inesperada a una hora de todo
Una de las grandezas de Andalucía es su diversidad. Es tanta su extensión que siempre ofrecerá lugares casi desconocidos o, al menos, poco frecuentados. Uno, entre decenas, destaca por contraste. En el extremo Norte de la provincia de Sevilla, en su sierra septentrional, a poco más de una hora de los bullicios turísticos de la capital hispalense y de Córdoba, está el Cerro del Hierro.
Pocos recorridos mejores para encontrar paisajes formidables, con bellísimas formaciones rocosas y diversas maravillas geológicas. Los picos de San Nicolás pueden ser de los más recomendables. Se puede hacer con niños pero siempre, en todas edad y bajo cualquier forma física, conviene respetar varios preceptos. Evitar las horas centrales del día en cualquier época del año, llevar protección solar, agua abundante, ropa aislante y calzado recio. Lo más sano e inteligente es hacer varios recorridos de 120 minutos como máximo, dos o tres, con larga pausa entre medias.
Al terminar, los senderistas tendrán una gran colección de imágenes, en la cabeza mejor que en el teléfono móvil, para el recuerdo.
Los baños, donde los dan y los toman
Mucho antes de que los romanos hicieran popular un acrónimo latino como marca comercial, el SPA, la cultura árabe ya había convertido en práctica social y diaria el baño público, colectivo, sedante y calmante. Su nombre más común es hammam. Puede disfrutarse en decenas de establecimientos comerciales de toda Andalucía aunque no todos son iguales. Para encontrar algo más de encanto, siempre son recomendables localidades de enorme legado árabe.
Son muchas pero por elegir dos: Vejer, en la provincia de Cádiz y Granada capital. El gaditano está entre lo que fue la antigua Mezquita (ahora la Iglesia del Divino Salvador) y la Alcazaba, en una de sus cuestas encaladas. Antes de entrar, ya relaja. En Granada es muy recomendable el situado en la calle Santa Ana, 16, en el corazón de una ciudad mágica y rockera, antigua y nueva como pocas en Andalucía.
Camarón que se duerme, soñado será por millares
Aunque se ha convertido en el primer atractivo turístico de San Fernando, por encima de su impresionante sede consistorial o del histórico Real Teatro de Las Cortes, la Casa de Camarón aún es posible visitarla sin excesivas aglomeraciones, con la pausa y la serenidad que merecen legado y leyenda del mayor cantaor flamenco de todos los tiempos, al menos, de los recientes.
La visita puede incluir el museo, junto a la inevitable Venta de Vargas, así como la casa natal del cantaor en la calle Carmen número 29. “Camarón llevó el nombre de San Fernando por el mundo y desde todos los rincones llegan a la ciudad aficionados buscando su huella. Por eso Camarón es San Fernando, como San Fernando es Camarón, tenemos que valorar y potenciar su legado”, presume el Ayuntamiento con motivos sobrados.
Tanto la casa natal como el museo son —además de un recorrido por la honda obra y el incomparable estilo de un genio creador— espléndidos documentales sobre su vida y sobre la Andalucía en la que vivió, la sociedad que le tocó desde la transición del franquismo a la explosión artística de los años 80. Falleció en 1992.
Lo mejor es consultar horarios y días de apertura, por si hay eventos, aunque suelen ser visitables mañana y tarde, en festivos y domingos.
El menor motivo para volver a Úbeda
Si los héroes que provocan ganas de visitar un lugar son reales y cercanos, mejor. Sobran los motivos para ir a Úbeda, un conjunto histórico y arquitectónico de belleza noble y serena, con merecido título de patrimonio de la humanidad junto a su hermana Baeza.
Entre tanto nombre aristocrático y tanto episodio machadiano, histórico, político y académico, un poco de canallerío ligero siempre ayuda. Pasar por la casa natal de uno de los cantautores en español más influyentes del siglo XX es una buena motivación.
Los que llegan a la ciudad en busca de algún rastro del padre de Princesa tienen dos escalas obligadas. La primera es su casa natal, en la plaza Primero de Mayo número 20, con un azulejo, obra de Alfonso Cobo, como indicador. El segundo es la taberna Calle Melancolía, bar dedicado a la figura y la obra de Joaquín Sabina, en la calle Real.
Hay un concurso anual de versiones del trovador y también un amplio programa de actos organizado por la asociación formal de sabinistas de Úbeda, Peor para el sol. En cualquier caso, la vivienda —desocupada hace 20 años por una familia sin vínculo con los Martínez Sabina de los años 40 y 50— es fácilmente identificable porque siempre hay alguien haciéndose una foto ante el portal.
Los pequeños ‘Lawrence de Doñana’
Después de cinco años de sequía severa, el Parque Natural de Doñana, la reserva biológica de la humanidad, uno de los humedales esenciales en el tránsito de aves en todo el mundo, vuelve a lucir con esperanzadores niveles de agua, con un verdor y una vida que se echaban de menos.
Cuando empezaban a saltar todas las alarmas, un inédito invierno de lluvias ha supuesto un alivio inesperado. Así recuerdan todos los potenciales visitantes que deben aprovechar las mejores ocasiones para descubrirlo o revisitarlo.
Un paso por Doñana siempre es una delicia, pero aún más en este verano de tregua en el cambio climático. Si es con niños, existe la opción de hacerla a lomos de un dromedario por las dunas de Matalascañas, a través de un precioso sendero en el que conocer los secretos de la riquísima fauna y flora del entorno.
¿El mejor paseo playero que imaginarse pueda?
Quizás sin menores, pero también lejos de las horas centrales del día, con mucha agua y protección solar, ya que se pisa el suelo sagrado de Doñana, merece muchísimo la pena recorrer a pie parte de la playa virgen más larga de España.
Es la que pisa, dentro del parque, sin una sola construcción ni un cable a la vista, los términos de Almonte, Mazagón y Matalascañas. Los que gustan de pasear por la playa conocerán una de las mejores experiencias de su vida. Son 28 kilómetros continuos, ininterrumpidos, lineales.
Es imposible, desde un punto de vista técnico y científico, gozar de otro trazado mayor de costa atlántica, ancha y de luz prodigiosa, en todo el continente europeo. Suele estar libre de masificaciones, apenas hay bañistas ni paseantes porque no es sencillo ni rápido llegar desde núcleos habitados tierra adentro.
Obviamente, combaten con fuerza varios vientos y el baño, por ser zona de escaso y difícil acceso, puede ser peligroso: no hay testigos ni asistencias. Mejor limitarse a sentir la arena en los pies y el mar en la vista.
El sombrero, el látigo y el paraguas
Los aficionados al cine que aún son legiones calladas recuerdan una escena de la saga de Indiana Jones. La creación de Steven Spielberg creció en encanto cuando fundió Almería (tierra de larga tradición de rodajes) con el carisma escocés de Sean Connery. El viejo actor, como padre del héroe arqueológico, se enfrenta solo a un avión nazi que le enfila sobre la orilla, listo para ametrallar. En un fogonazo de ingenio, un gran grupo de gaviotas es la solución. El anciano abre un paraguas y grita, las asusta. Los pájaros, al elevar el vuelo, destrozan las hélices del caza.
Ese pasaje tiene como escenario una de las dos playas más célebres, rodadas y fotografiadas del deslumbrante Parque Natural de Cabo de Gata. La rocosa y amplia cala de Mónsul es, junto a la playa de Los Genoveses, el máximo símbolo de esta prodigiosa esquina de Andalucía.
Sus 400 metros de arena limpia junto a un mar transparente parecen un museo de rocas imposibles, creadas por lava deforme y erosionada alrededor. La playa está orientada hacia el sur y el desnivel de entrada al agua es suave, ideal para niños. Muy recomendable llevarse gafas y tubo para practicar snorkel y ver los peces, quizás hasta encontrar un látigo, un sombrero, hundidos tras el rodaje.
La excusa cinematográfica es una de las miles que sobran para visitar este tramo de litoral, con una duna de vista espléndida a mares, campos y montañas sin un solo cable, sin una construcción humana. Imprescindible tararear la banda sonora inmortal de John Williams.
Hércules ya no vive aquí
Mientras universidades, investigadores e instituciones públicas ponen en marcha un estudio tras otro, un programa tras otro, para encontrar la ubicación exacta del templo de Melkart (nombre fenicio de Hércules) en la costa de Cádiz, siempre es posible disfrutar de algunos de los teóricos emplazamientos.
Si no son los exactos o reales —el tiempo lo dirá—, son bellísimos y evocadores. A efectos turísticos, que no científicos, tampoco hay que sufrir demasiado por tres kilómetros más allá o más acá.
El islote de Sancti Petri ofrece uno de los rastros más completos y complejos de la época romana inicial, la última fenicia. Es posible hacer el recorrido en ferry con entrada al recinto arqueológico y, para los más deportistas, un recorrido en kayak alrededor de la isla durante el atardecer. En ambos casos, por 20 euros cada persona.
Música entre parras, leyendas y cubas
El calendario musical del verano en la provincia no deja de crecer. El listado ofrece ya más de un centenar de citas en una decena de programas distintos en ciudades y pueblos, incluso en parajes naturales y playas.
Estrellas internacionales (Marc Anthony, Jennifer López...), jóvenes emergentes, grupos pujantes y bandas legendarias: todos tienen su espacio y su momento.
Por elegir un escenario concreto que reúne la belleza del entorno vinatero, una ciudad algo menos masificada en esas fechas y la calidad de los intérpretes, conviene estar atentos a la XI edición del Tío Pepe Festival de Jerez, con escenarios de enorme belleza y tradición como el Patio de la Tonelería y la Bodega Las Copas.
Entre los que actúan este año están eternidades para todas las generaciones como Ana Belén (19 de julio), Gloria Gaynor (24 de julio) y la mítica guitarra eléctrica de Santana (4 de julio).
