Tamara Gorro se convirtió en la gran protagonista de la noche del pasado miércoles al ser la invitada de Toñi Moreno en el programa Gente Maravillosa, en Canal Sur TV. Allí, la modelo dejó a un lado cualquier tipo de filtro y ofreció un testimonio emocionante y directo sobre su experiencia personal con la depresión y el trastorno de ansiedad.
Con la valentía que la caracteriza, Gorro explicó que, pese a lo duro que fue el proceso, hoy puede mirar atrás con otra perspectiva: “Digo bendito porque igual gracias a lo que pasé, otras personas se han atrevido a decirlo”, confesó ante una Toñi visiblemente conmovida.
La modelo recordó los momentos de mayor confusión, cuando aún no había buscado ayuda profesional y se cuestionaba incluso el motivo de su malestar. “Antes de acudir a profesionales, yo misma me preguntaba que de qué me quejaba”, reveló durante la entrevista.
El juicio externo y la incomprensión
Gorro reconoció que el diagnóstico la tomó por sorpresa. “Me diagnosticaron una depresión y trastorno de ansiedad”, compartió con honestidad. “Hasta yo me sorprendí, y luego me sentí muy juzgada porque si quería salir lo hacía, o por compromiso, y me decían que no estaba mal”.
En ese punto, la presión social se convirtió en un obstáculo más en su recuperación. La incomprensión sobre las enfermedades mentales fue, según sus palabras, una carga que aumentó su sufrimiento.
Toñi Moreno no dudó en preguntar con franqueza: “A ti se te pasó por la cabeza quitarte hasta la vida, ¿pero te has curado?”. La respuesta de Tamara fue clara y esperanzadora: “Estoy completamente curada, pero es verdad que hay que mantener todo en orden, como en momentos puntuales como el fallecimiento de mi abuelo”.
Apoyo profesional constante
Aunque asegura estar bien, Gorro sigue manteniendo el contacto con su psiquiatra. “No lo suelto ni para atrás, pero porque me pueden dar posibles crisis de ajuste, que es cuando saltan las alarmas. Es un proceso”, señaló, dejando claro que la salud mental requiere un seguimiento constante.
La entrevista no solo fue un momento de catarsis para la invitada, sino también un altavoz para todas aquellas personas que, como ella, han tenido que lidiar con enfermedades mentales bajo el escrutinio público o el desconocimiento social.
