Un juzgado de Madrid ha dictaminado que Mediaset deberá abonar más de 45 millones de euros al grupo británico ITV Studios por la emisión del concurso Pasapalabra en Telecinco sin los derechos correspondientes. La sentencia liquida así un largo litigio sobre la propiedad intelectual del formato, incluida su icónica prueba final, el rosco.
La resolución llega casi una década después del inicio del conflicto judicial, y tras haber sido condenada Mediaset previamente en 2016 por la Audiencia Provincial de Madrid, fallo ratificado por el Tribunal Supremo en 2019. Entonces ya se ordenó el cese de emisiones y una indemnización inicial de 7 millones de euros.
El coste del “beneficio ilícito”
Ahora, el Juzgado de lo Mercantil número 6 de Madrid ha puesto cifras al beneficio ilícito generado por el uso del formato: exactamente 44.334.194 euros, correspondientes a los ingresos publicitarios, tanto convencionales como no convencionales, que el programa generó durante su etapa en Telecinco, entonces presentado por Christian Gálvez.
A esa cifra se suman otros 119.216 euros por ingresos derivados de merchandising, además de 550.425 euros en concepto de intereses de demora. El auto, fechado el 24 de febrero, desestima no obstante otras pretensiones económicas adicionales reclamadas por ITV.
A pesar de esta nueva condena, Mediaset no da el caso por cerrado. Según fuentes cercanas a la compañía recogidas por Efe, el grupo tiene intención de recurrir la sentencia, a la espera de recibir los autos aclaratorios. El litigio, por tanto, continúa abierto.
El lío legal de 'el rosco'
Más allá de esta resolución, el embrollo legal en torno a el rosco continúa en otra vía judicial. En 2022, la Audiencia Provincial de Barcelona falló que los derechos de esta prueba no pertenecen a ITV, sino a la compañía holandesa MC&F, que los comercializó únicamente para la versión italiana del formato.
El origen del conflicto está en la mezcla de formatos. Pasapalabra deriva del británico The Alphabet Game, un concurso sin rosco. Fue la adaptación italiana la que introdujo esa prueba final, y en España se adoptó como parte del paquete vendido por ITV, aunque, según MC&F, ellos son sus verdaderos creadores.
Mediaset rompió su acuerdo con ITV alegando que no podía comercializar un formato que no era enteramente suyo. De ahí nació el proceso judicial que llevó al concurso a mudarse de Telecinco a Antena 3, donde ahora lo presenta con éxito Roberto Leal.
Aunque el Supremo ha negado a Mediaset personarse en el caso sobre El Rosco, se espera que el litigio continúe aún durante años. Mientras tanto, ITV podría alcanzar un acuerdo con MC&F que dé por zanjado el conflicto, o que vuelva a poner en juego la mecánica del programa más visto de las tardes.