La progresiva pérdida del efecto sorpresa en la entrega del bote de Pasapalabra ha sido reconocida por el propio equipo del programa, que desde hace años anuncia con antelación cuándo un concursante está cerca de lograr el premio. Aun así, Antena 3 mantiene una estrategia para conservar parte de la emoción asociada al momento en el que un participante completa El Rosco.
Miguel Aparicio, director del formato, ha explicado que el equipo era inicialmente contrario a avanzar ese tipo de información, al considerar que debía premiarse al espectador fiel. Sin embargo, admite que la decisión responde a la lógica televisiva de atraer a la mayor audiencia posible cuando se aproxima un momento decisivo.
Según Aparicio, cada vez que la cadena “empieza a calentar” la posible llegada del bote, se nota un aumento inmediato de espectadores. El director reconoce que su deseo es que “se alineen los astros” y un concursante logre responder las 25 definiciones del popular reto final.
Con casi 26 años de historia en distintas cadenas, Pasapalabra se ha consolidado como uno de los formatos más reconocibles de la televisión española. Aparicio ha revelado algunos detalles de la elaboración de El Rosco, su prueba más emblemática, cuyo diseño considera hoy “verdaderas filigranas”.
Una dificultad equilibrada
El director ha detallado que un equipo de cinco guionistas prepara para cada emisión dos roscos —50 definiciones en total— procurando que ambos ofrezcan una dificultad equivalente. Para ello, se equilibran temas, niveles de exigencia y tipos de palabras según criterios internos que buscan garantizar la equidad entre concursantes.
Aparicio ha subrayado que existe una base de datos que recoge todas las preguntas formuladas en la historia del concurso y que un lingüista supervisa la composición final de cada rosco. Dado que el repertorio de vocabulario cotidiano es limitado, algunas palabras se repiten con el tiempo, aunque evitando hacerlo en intervalos demasiado breves.
El responsable del programa ha negado que el nivel del rosco se ajuste en función del dinero acumulado en el bote y afirma que la dificultad se mantiene siempre alta. Atribuye el incremento de nivel a la profesionalización de los concursantes, a quienes define como “oro televisivo” y a los que el equipo procura ofrecer un entorno lo más relajado posible.
