España y Países Bajos han confirmado que no participarán en Eurovisión 2026, en medio de una fuerte controversia por la presencia de Israel en el festival. La decisión se ha conocido tras la 95ª Asamblea General de la Unión Europea de Radiodifusión (UER), celebrada este jueves en Ginebra, donde los miembros aprobaron nuevas medidas para regular la votación y la participación de artistas en la próxima edición.
El paquete de medidas, anunciado el 21 de noviembre, busca garantizar la imparcialidad del certamen. Entre ellas se incluye la prohibición de que emisoras y artistas influyan en campañas promocionales de terceros, la reducción del número máximo de votos por método de pago de 20 a 10 y la recuperación del voto del jurado profesional en las semifinales, que desde 2022 solo participaba en la final.
La votación se realiza por país miembro y no por emisora, lo que implica 56 votos y una mayoría simple para aprobar cualquier medida. La división de posturas entre los distintos países refleja una fractura histórica dentro de Eurovisión, y ha llevado a la UER a fijar una fecha excepcionalmente tardía, el 15 de diciembre, para que los miembros confirmen su participación. La lista oficial de participantes se anunciará a finales de mes.
Además de España y Países Bajos, otros países habían adelantado su intención de retirarse si Israel participaba, como Irlanda y Eslovenia. En sentido contrario, Suiza, Austria y Alemania amenazaron con abandonar el festival si Israel era expulsada. Esta situación es especialmente relevante porque Alemania y España pertenecen al Big Five, los principales contribuyentes económicos del certamen, y Austria será la sede de la edición de 2026.
El canciller austríaco, Christian Stocker, ya había advertido que Viena no debía acoger el evento si Israel no participaba. Otros países, como Francia, Dinamarca y Serbia, han asegurado su plaza con independencia de la controversia, mientras que Portugal, Islandia y Noruega aún no han confirmado su decisión.
Para compensar las posibles bajas, la UER ha explorado la incorporación de otros países, como Bulgaria, Moldavia y Rumanía, que ya han participado en ediciones anteriores. Incluso se ha considerado invitar a Kazajistán, que ya compite en Eurovisión Junior, y de manera más sorprendente, a Canadá, tomando como referencia la participación de Australia en ediciones recientes.
El impacto económico por no participar
El impacto económico de estas bajas sería significativo. Cada país aporta una suma económica por participar y por los derechos de emisión, y la pérdida de varios miembros podría suponer millones de euros menos para la organización del festival. El Big Five, formado por Alemania, España, Francia, Italia y Reino Unido, aporta alrededor de 350.000 euros cada uno.
También habría consecuencias mediáticas. Eurovisión 2025 alcanzó 166 millones de espectadores en 37 países y un amplio impacto en redes sociales. La retirada de participantes disminuiría tanto la audiencia como la visibilidad del certamen, afectando a patrocinadores como la empresa israelí de cosméticos Moroccanoil, principal sponsor del evento.
Mientras tanto, la cadena pública israelí KAN continúa con normalidad su proceso de selección del representante de Israel para 2026, sin que la polémica haya alterado sus planes. El festival de Eurovisión se mantiene así en un clima de incertidumbre histórica, con un futuro aún abierto y marcado por la tensión entre países miembros de la UER.
