"Hoy vamos a hablar de la tristeza", comienza Dani Rovira su nuevo monólogo, Vale la pena, que se ha colado en pocas horas entre los títulos más destacados de Netflix tras su estreno. El actor se abre en canal en este episodio de 81 minutos con el humor que le caracteriza.
El cómico puso en contexto toda la situación nada más empezar, advirtiendo de que sería una noche llena de confesiones. "Hace 11 años se estrenó Ocho apellidos vascos, la película más taquillera del cine español y yo fui el protagonista", recuerda.
Todo iba "genial"
Rovira, hasta entonces, jamás había hecho cine. "Me pasaron cosas maravillosas que no supe gestionar" cuenta sobre el escenario del teatro, ambientado con tonos azules y con mucho público presente. "Me mandaban muchos proyectos y me eché de novia a la prota, todo genial", provoca las risas entre la gente.
Cuatro meses después, su cuerpo empezó a mostrar signos de que todo no iba tan bien. "Me desperté llorando y no podía parar", explica, añadiendo bromas y chistes sobre aquel suceso. Fue Clara Lago, su exnovia, quien le recomendó comenzar terapia, y él aceptó.
11 años en terapia
"Mi psicólogo se llama Salvador", hizo una mueca, por la ironía de la situación. "Me dijo que tenía tristeza y que no la había localizado, que estaba pasando un duelo metafórico, porque la depresión es anclarse en el pasado", reveló. La fama fue la que hizo que Dani Rovira dejara de hacer cosas tan simples como ir a la playa o recoger a sus sobrinos del colegio.
El malagueño, además, comentó que también sufría ansiedad: "Nos preocupamos en exceso por lo que puede ocurrir, nos adelantamos a todos los escenarios posibles, y luego se pueden dar o no. Los que la sufrimos vivimos desincronizados, y llevamos mucho tiempo intentando erradicarla, cuando hay que aprender a gestionarla".
El mejor consejo
Una amiga le dio un consejo muy inteligente, que a Rovira le sirvió mucho, y decidió compartirlo por si ayudaba a otras personas que lo sufrían. "Si tienes una pierna en el pasado y otra en el futuro, el presente es un cagadón", enunció, recreándolo con su cuerpo.
De esta forma, Dani Rovira deja en claro que no es oro todo lo que reluce y que hay que cuidar la salud mental, dado que nuestro cuerpo puede hablar antes de que cada uno de nosotros entendamos qué es lo que nos pasa. "Ahora estoy mejor, no bien", dejó en claro al culminar.