El Milagrito ha perdido su batalla judicial contra Mano de Santo, dos desengrasantes que han desatado una guerra en el seno de la familia sevillana Castro Molera. El Juzgado Mercantil 3 de Sevilla ha desestimado la demanda que la empresa Fabrienvaf Nuca, fabricante de El Milagrito y dirigida por María Castro Molera, presentó por infracción de la Ley de Competencia Desleal y la Ley de Secretos Industriales contra la sociedad Industrias Castro Molera, propiedad de su hermano Miguel, por sacar al mercado un producto muy similar bajo la marca Mano de Santo, según informa el periódico ABC.
"La fórmula contiene cinco ingredientes mezclados en la proporción justa para que no sea corrosivo y pueda utilizarse como quitagrasas en cualquier material". Es la pócima mágica de El Milagrito, un popular producto de limpieza que cumplirá pronto tres décadas, del que se producen unos 80.000 litros diarios, y cuya marca ha desatado una sorprendente guerra familiar. Fue el emprendedor sevillano Miguel Castro el que inventó la fórmula mágica en los años 80 y son ahora sus hijos, María Castro, actual directora de la compañía, y su hermano Miguel Castro Molera, propietario del 10% de la empresa y que fue despedido el año pasado, quienes andan enfrentados por la misma.
María Castro acusaba a su hermano Miguel de ofrecer un producto muy parecido a El Milagrito usando los conocimientos privilegiados que adquirió como responsable comercial de Fabrienvaf. La directora de esta empresa consideraba que Miguel bautizó al nuevo desengrasante con el nombre de Mano de Santo para confundir al consumidor con una denominación del mismo campo semántico que hacía referencia a un origen común divino o celestial. Además, entendía que ambos productos eran sustancialmente idénticos, con una imagen prácticamente idéntica, lo que causaba confusión entre los mayoristas y minoristas.
Asimismo, aseguró que no había similitudes de ambos productos en cuanto al etiquetado y envasado. A su juicio, las denominaciones diferían tanto semántica como morfosintácticamente, destacando que Fabrienvaf no había impugnado la marca registrada, sino únicamente la tridimensional del bote rosa. Además, Miguel Castró alegó que tras las medidas cautelares aprobadas por el juez, cambió la apariencia del producto Mano de Santo, variando su color a rojo (abandonando así el rosa anterior) y su etiqueta, permaneciendo la formulación del producto, según informa el mismo medio.
El magistrado Miguel Ángel Navarro recuerda que la Ley "considera desleal el aprovechamiento indebido, en beneficio propio o ajeno, de las ventajas de la reputación industrial, comercial o profesional adquirida por otro en el mercado". En este caso, la sentencia dice que no hubo prohibición previa de no concurrencia a Miguel Castro, destacando que hay «diferencias en sí apreciables de los productos», sobre todo después de que se hubiera variado significativamente el envase de Mano de Santo. Para el juez, las actuaciones perjudiciales por aprovechamiento de reputación ajena no han resultado acreditadas por clientes de los que se decían afectados por las mismas.
Además, el juez subraya que Fabrienvaf no acreditó el perjuicio que se le causó, declarando varios testigos que las ventas de El Milagrito evolucionaron favorablemente, "lo que cuestionaba igualmente la idea de perjuicio o desvalor reprochado" a Industrias Castro Molera, prosigue la versión sevillana de ABC. En la sentencia, el magistrado no considera que Miguel Castro hubiera podido causar confusión al comercializar primero El Milagrito como directivo de Fabrienvaf y después Mano de Santo, un producto de su propia empresa
Finalmente, el juez estima que ambos productos tenían composiciones esenciales diferentes, pues El Milagrito aúna hasta siete componentes, mientras que Mano de Santo sólo comprende cuatro. "En definitiva, no cabe concluir sino por mera aproximación superficial que sean el mismo producto, y antes al contrario ha de reconocerse que nos encontramos ante productos diferenciados intrinsicamente en cuanto a composición y diferenciales por simple apariencia externa a la vista de los envases".


