Guerra contra el plástico de un solo uso

Entre los retos del conjunto de los ciudadanos que tienen hoy en día como sociedad, es lograr un entorno más sostenible que genere un menor impacto en el medio que nos rodea.

Vaso de plástico desechable, que tiene un nuevo impuesto este año.
Vaso de plástico desechable, que tiene un nuevo impuesto este año.

Entre los retos del conjunto de los ciudadanos que tienen hoy en día como sociedad, es lograr un entorno más sostenible que genere un menor impacto en el medio que nos rodea. Según algunos datos, entre 4,8 y 12,7 millones de toneladas de plástico llegan a los océanos cada año, llegando a contaminarlos por todo el mundo. Si bien, los residuos plásticos pueden llegar de zonas que no están próximas a líneas de costa, la gran mayoría procede de la abultada cantidad de desperdicios que se acumulan en zonas que tienen más afluencia turística. Todos hemos podido contemplar en alguna ocasión como alguien arroja o desecha residuos en una playa provocando un “viaje sin salida” hacia la costa. Desgraciadamente, esta acción no queda sin daño alguno, ya que la naturaleza tarda 400 años en degradar este residuo, cuando el consumo del producto, como mucho, ha sido de horas, ocasionando graves problemas en el medio ambiente. Además, las perspectivas futuras prevén un aumento de la producción de plástico para los próximos años.

Ya se nos hace muy familiar determinadas imágenes como partes de océanos llenos de plásticos o por ejemplo, la impactante fotografía de una tortuga marina enredada en una maraña de objetos desechados al mar, que con el tiempo provoca una cierta indulgencia colectiva impropia de sociedades desarrolladas, que deben de estar comprometidas con el desarrollo sostenible. No quiero decir que las campañas de concienciación ciudadana implementadas por distintas asociaciones ecologistas, no tengan repercusión ninguna, sino que, ante la masiva cantidad de información que recibimos hoy en día por los diferentes medios de comunicación, quizás no seleccionamos con nitidez aquellas que son de suma importancia para el futuro de nuestro planeta. La insostenibilidad del planeta ha “tocado techo” y como siempre, tenemos que llegar a estos límites para tomar medidas.

“Prohibición del uso, comercialización, importación y exportación de utensilios como platos, vasos, copas, tazas, cubiertos y pajitas desechables"

“Prohibición del uso, comercialización, importación y exportación de utensilios como platos, vasos, copas, tazas, cubiertos y pajitas desechables, es decir, diseñados para su retirada después de un solo uso, íntegramente fabricados en cualquier variedad de plástico”, así de explícito se ha redactado el texto que obligará a partir de 2020 a estos utensilios a ser fabricados con un 50% de sustancias biodegradables, aumentándose al 60% para el año 2025. La nueva ley deberá ser debatida en el Congreso de los Diputados junto con la normativa que eliminará la libre y gratuita distribución de bolsas de plásticos de un solo uso en los comercios, que debería haber entrado en vigor el pasado marzo. El decreto también plantea la necesidad de poner límites a la bandejas de poliestireno que habitualmente podemos encontrar en los supermercados.

Alternativas

No solo las instituciones oficiales son las que se preocupan por el consumo y destino final de los componentes plásticos que utilizamos en el día a día; diferentes asociaciones, proyectos y propuestas navegan por la red, intentando concienciar y promover iniciativas que logren una mayor respeto al entorno que nos rodea. En la actualidad, el uso excesivo de plásticos en envases para los alimentos es una de las cuestiones trending topic entre las asociaciones conservacionistas. Entre las últimas campañas, destaca la acción #desnudalafruta, que a través de fotos publicadas en redes sociales ,denuncia el impacto que genera el plástico y cómo en muchas ocasiones podemos encontrar alimentos envueltos en una cantidad de plástico innecesaria cuando se podría evitar sin que el alimento pierda algunas de sus propiedad o se vea afectado de alguna forma.

Además, diferentes empresas ya atisban un nuevo modelo de negocio que fomente el uso de materiales que no sean de un solo uso en las labores diarias. Por ejemplo. En el caso de comer fuera de casa, podemos llevar nuestros propios cubiertos metálicos o utilizar cubiertos fabricados de otros materiales biodegradables, como el bambú. Existen iniciativas que están marcando tendencia en la actualidad como las aportadas por algunos heladeros, llevando a cabo soluciones prácticas como el uso de cucharas hechas de barquillo o empresas que ya distribuyen cubiertos fabricados a base de arroz, trigo y harina de sorgo. Una apetitosa forma de combatir contra el cambio climático.

Como en otros muchos temas, nos toca remar del mismo lado y aunar esfuerzos individualmente para lograr una concienciación colectiva de la situación real del problema, siendo cada acción que cometemos en nuestro día a día, una vía indispensable para intentar revertir la situación.

Sobre el autor:

MIGUEL ANGEL GRANADO ALCEDO ByN

Miguel Ángel Granado

Formación y Comunicación Alimentaria - www.foodandsafe.org

 

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