Juan Rubio era hasta hace unos días el párroco de Lahiguera, un pequeño pueblo de la provincia de Jaén. Y era porque ha decidido renunciar a su puesto tras hacerse viral en redes sociales un vídeo en el que se le ve eructando en una misa tras beber del cáliz.
Al eructo, Rubio añadía la afirmación "para lo que me queda en el convento...", algo que provocó algunas risas entre los feligreses. Otros han mostrado una gran indignación tras lo sucedido.
"Pido disculpas por el escándalo que este hecho haya podido causar, tanto a la feligresía de la parroquia a la que sirvo, como al pueblo de Dios que haya podido verse ofendido por las imágenes que se han difundido", ha señalado el párroco en un comunicado publicado por la Diócesis de Jaén.
Rubio ha confesado su deseo de "ponerme en manos de profesionales que puedan ayudarme a superar la situación personal en la que me encuentro". El obispo de Jaén ha aceptado su renuncia y el párroco confía en "poder restablecerme lo antes posible".