Con la excusa de que lo necesitaba para un trabajo de la facultad, una joven argentina le pidió a sus abuelos que escribieran sus nombres en un folio.
Al día siguiente, Agustina, nombre de la chica, apareció con los nombres tatuados en su pierna.
La emoción del abuelo al ver el tatuaje fue máxima. Comenzó a llorar y preguntó a su nieta. "¿Eso cuánto dura?". "Para toda la vida. ¿Está mal que quiera llevarte para toda la vida acá con tu letra", contestó la joven.
La abuela, que se encontraba en la cocina, reaccionó con risas a la emotiva sorpresa de su nieta.