Arroz con un soplador, una cabra de regalo y la iglesia tapiada: así han sido las 'bromas' de una boda de lo más viral

El novio tuvo que coger una pala para ponerse a quitar los ladrillos que impedían el acceso a la parroquia en la que iba a casarse

El novio, retirando ladrillos para poder acceder a la iglesia.
08 de septiembre de 2025 a las 23:05h

La pequeña aldea de Láncara, en la provincia de Lugo, fue escenario de una boda que ha traspasado el ámbito local para convertirse en fenómeno viral. La celebración en la parroquia de Santa Mariña de Galegos se vio marcada por una serie de bromas organizadas por los amigos de los novios, que comenzaron incluso antes de que la ceremonia pudiera dar inicio.

Una entrada tapiada y una llave escondida

El primero de los obstáculos se presentó con la propia entrada de la iglesia, que apareció tapiada. Ante la sorpresa general, el novio tuvo que tomar una pala y, con la ayuda de algunos invitados, derribar el muro improvisado que impedía el acceso al templo. El desconcierto no terminó ahí: la llave que abría la iglesia también había sido escondida, obligando al contrayente a emprender una búsqueda contrarreloj antes de la llegada de la novia al altar.

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Falta la llave

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Los testigos aseguran que el ambiente se mantuvo distendido, pese a las dificultades. La sucesión de bromas provocó risas entre los asistentes, que grabaron varias escenas que posteriormente se difundieron en redes sociales. Estos vídeos contribuyeron a la rápida viralización de la boda.

Un soplador de arroz y una cabra como regalo

Ya convertidos en marido y mujer, los recién casados se toparon con otra sorpresa. En lugar de arrojarles el tradicional arroz a mano, los amigos utilizaron un soplador de jardín, lo que desató nuevas carcajadas entre los invitados. Durante el convite, el novio fue montado en un trono y paseado entre los invitados. El episodio más inesperado llegó con los obsequios. Entre los regalos, los novios recibieron una cabra, un detalle insólito que puso el broche final a una jornada marcada por la originalidad y el humor.

Pese a la sucesión de pruebas, los protagonistas no ocultaron su satisfacción. Cristian Rodríguez y Nerea López afirmaron tras la ceremonia que se “lo pasaron genial”, una declaración que refleja el espíritu con el que ambos afrontaron las bromas en uno de los días más importantes de sus vidas.

La boda de Láncara se suma así a la lista de celebraciones nupciales que destacan por su singularidad y que logran captar la atención más allá de lo local, convirtiéndose en tema de conversación y ejemplo del papel que las redes sociales desempeñan en la difusión de este tipo de historias.

Sobre el autor

Rubén Guerrero

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