Los precios del petróleo han registrado un nuevo repunte esta semana ante la alerta máxima por posibles interrupciones en el suministro derivadas del conflicto entre Israel e Irán. Este incremento, que ya se inició la semana pasada en los mercados de futuros, comienza a trasladarse a las estaciones de servicio, acelerando la inevitable subida del precio del combustible.
La llegada del verano, con el consiguiente aumento de la demanda por las vacaciones, profundiza el efecto alcista, a lo que se añade la presión de la especulación internacional sobre el crudo. De este modo, los conductores se enfrentan a un coste por litro que no solo refleja la cotización en Londres o Nueva York, sino también la volatilidad política en Oriente Medio.
Sin tope en los carburantes
En España, como ha recordado Rubén Sánchez, portavoz de Facua, desde 1998 se renunció a establecer un precio tope para la gasolina y el diésel, lo que implica que "si a nivel internacional hay grandes subidas por la especulación, van a repercutir en los precios de la gasolina". Según ha explicado, esta decisión deja a los consumidores desprotegidos ante oscilaciones bruscas en el mercado mundial.
Para mitigar el impacto en el bolsillo, Sánchez ha recomendado abandonar el hábito de repostar siempre en las grandes marcas del sector, y buscar el alivio en las pequeñas marcas, que ofrecen carburante varios céntimos más baratos. "Hay una clave importante. Estamos malacostumbrados a acudir a las grandes marcas del sector. Hay pequeñas marcas, que nos están dando la gasolina a precios más económicos que el que ofrecen las grandes insignias del sector. Baja el precio en algunos céntimos. Marcas poco conocidas que nos ofrecen mejores precios”
En definitiva, la combinación de la tensión geopolítica, la demanda estacional y la ausencia de un control público sobre los precios mantiene abierto el riesgo de nuevas subidas en los próximos días, por lo que la búsqueda de estaciones menos conocidas podría ser la clave para frenar el golpe al presupuesto familiar.
