Cecilia Sopeña, ciclista con un palmarés de más de un centenar de carreras ganadas, decidió hace algo más de dos años dar un giro a su vida y abrirse paso en OnlyFans. En lo económico, la apuesta fue un éxito: “He ganado un milloncito a base de hacer vídeos bonitos”, confesó entre risas a Juan Dávila en su show. Sin embargo, la popularidad tuvo un precio alto: sufrió rechazo de parte de su familia y acoso que la llevó a abandonar las carreras.
Ahora, Sopeña ha decidido cerrar ese capítulo y enfocarse en un presente muy distinto, lejos de la creación de contenido para adultos. Entre sus objetivos, está borrar su pasado digital por completo.
“Una etapa más consciente, más digna”
La noticia la ha comunicado a través de sus redes sociales, con un mensaje cargado de reflexión personal: “Este mensaje nace desde la verdad de lo que soy hoy. Desde la calma de una mujer que ya no necesita explicar nada, pero ha elegido poner en palabras sus límites”. Afirma que inicia una nueva fase vital “más consciente, más ordenada, más digna y profundamente coherente con quien he llegado a ser”.
Su decisión, asegura, no es fruto de un impulso, sino el resultado de un proceso largo y meditado. Amparada por la ley, ha activado lo que considera su derecho: “Tengo derecho a proteger mi imagen. Tengo derecho al olvido. En virtud del artículo 17 del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), he activado con mi equipo legal el derecho al olvido: el derecho a eliminar de Internet todo aquello que ya no refleja quién soy ni cómo deseo ser recordada”.
Advertencia legal contra la difusión de su contenido
Sopeña ha lanzado una advertencia clara: “Cualquier contenido que esté siendo difundido, compartido o almacenado fuera de sus plataformas originales y privadas será motivo de acción legal inmediata”. Esto incluye “vídeos, imágenes, extractos y enlaces que estén fuera de contexto o filtrados sin consentimiento”.
La excicilista insiste en que esta nueva etapa es una cuestión de protección y límites, no de amenazas: “No es amenaza. Es orden. Es protección”. Aun así, ha aclarado que sus perfiles en distintas plataformas seguirán activos un tiempo más “por motivos de gestión fiscal y compromiso profesional”, aunque recalca que “ya no representan mi identidad pública”.
En su despedida de esta faceta pública, Sopeña pide respeto y discreción: “Mi nombre merece ahora silencio, honor y dirección”. También asegura que no busca comprensión externa: “Yo no necesito validación externa. Mi nueva libertad es poder decidir lo que ya no quiero. Y ya no quiero estar expuesta. Ya no quiero ser explicada. Ya no quiero ser interpretada”.


