Miles de personas cada día intentamos cambiar la vida de otras personas, cada una a nuestro estilo, con nuestras motivaciones y objetivos, sin embargo, pocas cosas unirán a tantas personas como es la salud y todo lo que se relaciona con ella.

Cambiar el mundo. ¿Una utopía? No, una realidad. Un reto tan sumamente atractivo como posible. Miles de personas cada día intentamos cambiar la vida de otras personas, cada una a nuestro estilo, con nuestras motivaciones y objetivos, sin embargo, pocas cosas unirán a tantas personas como es la salud y todo lo que se relaciona con ella. Un reflejo de esto, lo hemos visto en los últimos meses en forma de otra marea, la blanca, la sanitaria, la que ha conseguido sacar a las calles a multitud de personas preocupadas por la sanidad pública, que es algo muy diferente a su salud, pero que será de vital importancia cuando tengan algún problema con esta. Todos, en algún momento de nuestra vida, tendremos la salud, propia o la de nuestros seres más queridos, como eje de nuestras preocupaciones e inquietudes. Ese momento llegará, antes o después, y por ese convencimiento pleno, deberíamos asumir e interiorizar, que pensar en nuestra salud y en la de las personas que dependen de nosotros, es nuestra responsabilidad. 

Nuestros hábitos, nuestras costumbres, nuestra forma de vida, están compuestos de multitud de decisiones que dependen, en gran parte, de nosotros mismos y que condicionarán nuestra salud presente y futura. Además, naturalmente, debemos luchar por tener la mayor cobertura posible para,  cuando sea necesario, contar con la mejor atención sanitaria, por supuesto. Sin embargo, entre todos debemos trabajar también por conseguir aumentar la cultura de la prevención y por lograr que la promoción de estilos de vida saludable sea apoyada por la mayor cantidad de agentes posible. El objetivo es colaborar para conseguir minimizar riesgos y aumentar nuestra calidad de vida, la de los humanos, que de la de los robots ya hablaremos en unos años sin duda. 

En esta lucha por la salud todas las personas son bienvenidas, sea cual sea su rol, desde los profesionales de la salud y lo social, hasta los de la actividad física. Todas esas personas llevan muchos años trabajando por ello, sin embargo, hay otro tipo de personas que están también en esta lucha, las personas jurídicas, que es donde encajan las administraciones públicas en todos los ámbitos (del local al internacional), pero sobretodo, y es el motivo de este artículo, es donde se incluyen también las Empresas. ¿Empresas? Sí, empresas, y no me estoy refiriendo a las empresas farmacéuticas, ni a las grupos sanitarios privados, no. Me estoy refiriendo a aquellas empresas lideradas por personas innovadoras, inteligentes y con visión de futuro, a las que no hay que explicarles ese manido mantra que dice  que “en una empresa nada hay nada más importante que las personas que forman parte de ella”, porque no solo lo conocen sino que también lo llevan a término en la medida de sus posibilidades. 

Hay empresas lideradas por personas con visión amplia, con conciencia plena respecto del valor diferenciador que supone, para la compañía que dirigen, tener un equipo humano cohesionado, con un bajo absentismo, donde el presentismo sea casi inexistente, con orgullo de pertenencia y donde el buen ambiente y la motivación por hacer tu trabajo de la mejor forma posible sea la tónica general. Eso es un equipo potente que hace que grandes a las empresas. Conseguirlo no es fácil, no lo es, mantenerlo menos aún, si bien es un objetivo más sencillo y perdurable si la empresa se compone de personas sanas, de personas con buena salud. 

La salud no es magia, la salud se prioriza y se trabaja, cada día. El concepto Empresa Saludable, en el futuro, será algo redundante, pero hoy, para desgracia de muchas personas, aún no lo es y por eso, vamos a intentar ayudar a difundir ejemplos de empresas que están ya trabajando en ello,  muchas de ellas con largo camino recorrido y, todas, con un todavía más largo camino por recorrer. En estos casos de éxitos relatados  nos centraremos en las personas y en los beneficios que disfrutan gracias a sus empresas. Esas compañías que han decidido apostar por ser un activo de salud, más allá de un ente pagador de salarios y prestador de servicios o vendedor de productos. Hablaremos también, de las dificultades que se han encontrado las personas que han liderado este cambio, esos verdaderos agentes disruptivos, los que lideran la creación de una nueva mentalidad en las entidades de las que forman parte, y les hacen superar esa barrera invisible que les hacía las limitaba, hasta hace bien poco, a cumplir la legislación en relación a la prevención de riesgos laborales, sin más, ni tampoco menos. 

La nueva empresa, la del verdadero siglo XXI, es aquella que sabe cuidar y mimar a su comunidad, la que pone en valor a su equipo y hace todo lo que está en su mano para facilitar que se consigan sus objetivos empresariales de una forma óptima para todos, donde una palabra como felicidad tienen muchísima más cabida que su asociación con la de la firma del contrato inicial, el día del cobro de la paga extraordinaria o el momento en el que se sale del lugar de trabajo.

Por todo lo anterior, te invito a que te unas a esta evangelización, sin complejos y con ánimo de cambiar el mundo. Si sientes que eres importante para tu empresa, que deberíamos conocer cómo tratan, o tratas, a las personas que formáis parte de ella, que difundir ese caso puede servir de ejemplo que para que otros se inspiren… Te agradecería que nos lo hicieras saber, por la vía que consideres mejor para ti. Sabemos que hay empresas trabajando en el ámbito de las empresas saludables, como te decía anteriormente daremos muestras de ello en estas páginas, sin embargo, nos gustaría hacerlo con tu colaboración, sin más implicación, por ejemplo, que decirnos el nombre de esa empresa que aparece en el pernil de tu mono de trabajo o en el encabezamiento de ese folio en el que imprimes, o en el logotipo impreso en el vehículo que conduces cada día. A partir de ahí, lo que quieras hasta el infinito y más allá.  Gracias de antemano.

La salud es cosa de cada uno y de todos a la vez, ayudemos a inspirar el cambio global gracias a una marea saludable, la de las empresas.

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Luismi

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