Claraval, siglo XII. En tiempos de tensiones religiosas y políticas, un monje cisterciense se convirtió en consejero de reyes y papas, predicador de cruzadas y maestro espiritual de generaciones enteras. San Bernardo de Claraval, cuya fiesta se celebra cada 20 de agosto, es recordado como el gran ‘Doctor Melifluo’, un título que alude a la dulzura y profundidad de su predicación.
Nacido en 1090 en Borgoña, en el seno de una familia noble, Bernardo renunció a los privilegios de la corte para abrazar la vida monástica. Ingresó en la joven Orden del Císter, entonces marcada por la austeridad y el rigor, y muy pronto se convirtió en líder espiritual de un movimiento que revolucionó la vida religiosa en la Europa medieval. En 1115 fundó la célebre abadía de Claraval, desde donde guió a miles de monjes y extendió el ideal cisterciense a decenas de monasterios.
Su vida no se limitó al silencio del claustro. Bernardo intervino en los grandes debates de su tiempo, defendió a la Iglesia frente a las herejías, impulsó el reconocimiento de la Orden del Temple y fue predicador de la Segunda Cruzada. Sus sermones y escritos, cargados de poesía y teología, marcaron una época y aún hoy son leídos como auténticos clásicos de la espiritualidad.
Particularmente intensa fue su devoción a la Virgen María, a quien presentaba como Madre cercana y mediadora segura ante Cristo. A él se atribuye haber dado impulso definitivo al rezo del Ave María y a la confianza en el corazón materno de María como camino hacia Dios.
San Bernardo murió en 1153 en su abadía. Canonizado en 1174 y declarado Doctor de la Iglesia en 1830, sigue siendo una de las voces más actuales de la tradición cristiana.
Otros santos y beatos
- San Samuel, profeta: Figura veterotestamentaria, último de los jueces de Israel y quien ungió a Saúl y David como reyes, símbolo de fidelidad a Dios y obediencia a su llamada.
- San Filiberto de Jumièges: Abad del siglo VII, fundador de monasterios en Francia, conocido por su firmeza espiritual y su labor en la consolidación de la vida monástica.
- San Amador de Burdeos: Obispo francés del siglo V, pastor entregado que promovió la vida cristiana en su diócesis con celo y prudencia.
- San Oswin de Deira: Rey del norte de Inglaterra en el siglo VII, recordado como gobernante justo, piadoso y generoso, que murió como mártir de su fe.
- Beato Gerardo Sagredo: Obispo y mártir en Hungría, originario de Venecia, que dedicó su vida a la evangelización y a la formación de comunidades cristianas.
- Beato Constancio de Fabriano: Dominico del siglo XV, hombre de oración y ejemplo de humildad y servicio dentro de su comunidad religiosa.