San Gregorio Barbarigo (1625–1697), obispo de Padua y cardenal veneciano, figura clave en la reforma post-tridentina y líder pastoral comprometido. Nacido en Venecia, destacó por su sólida formación intelectual y su celo por instruir a sacerdotes.
Durante la plaga, organizó la asistencia a los enfermos y fortaleció la disciplina espiritual de su diócesis. También impulsó la fundación de seminarios con rigor académico. Beatificado en 1960 y canonizado en 1961 por Juan XXIII, su legado perdura como ejemplo de obispo "pastor y maestro" .
Otros santos y beatos
- Santos Marcos y Marceliano: Hermanos y mártires romanos bajo Diocleciano (c. 304), sepultados en el cementerio de Santa Balbina. Su martirio simboliza la fidelidad fraterna ante la persecución
- Beata Osanna Andreasi (1449–1505): Virgen mística italiana. Nacida en Mantua, dedicó su vida a la oración y al servicio caritativo, fue conocida por su espíritu contemplativo
- San Amando de Burdeos (siglo V): Obispo en la Galia, dedicó su vida a la evangelización y fue maestro de San Paulino de Nola
- San Calógero Anacoreta (siglo V): Ermitaño en Sicilia, venerado por su vida ascética y retiro espiritual
- San Ciríaco (Ciriaco) y Santa Paula (c. 303): Mártires hispanorromanos de Málaga; detenidos durante la persecución de Diocleciano y ejecutados en el río Guadalmedina. Son patronos de la ciudad desde el siglo XV, protagonistas en su escudo y fiestas locales
- San Leoncio de Trípoli (siglo IV): Soldado convertido al cristianismo, mártir en Trípoli
- Santa Isabel de Schönau (1129–1164): Abadesa alemana conocida por sus visiones místicas y liderazgo espiritual como abadesa en Schönau
- Santa Marina de Bitinia (siglo VIII): También llamada Marina la Monja, ingresó en un monasterio con su padre y venció calumnias manteniendo su fe y pureza
- San Marcelino de Roma (Papa, †304): Sufrió la persecución imperial bajo Diocleciano. Se negó a renunciar a su fe y fue martirizado por decapitación, dejando un ejemplo de fortaleza episcopal en tiempos difíciles


