San Juan de Mata nació hacia el año 1160 en Provenza, Francia. Tras una sólida formación académica, fue ordenado sacerdote en París. Durante su primera misa, una experiencia espiritual marcó decisivamente su vida: comprendió que Dios lo llamaba a dedicar su existencia a la liberación de los cristianos cautivos en manos de los musulmanes, una realidad dramática en el Mediterráneo medieval.
Junto a san Félix de Valois, fundó en 1198 la Orden de la Santísima Trinidad para la Redención de los Cautivos, conocida como los Trinitarios. Esta comunidad religiosa se consagró a una misión inédita hasta entonces: rescatar a personas privadas de libertad, incluso ofreciendo la propia vida a cambio. La orden se distinguió por un voto especial de hospitalidad y redención, que reflejaba una comprensión profunda del Evangelio vivido desde la misericordia activa.
San Juan de Mata recorrió cortes, puertos y territorios en conflicto para recaudar fondos, negociar liberaciones y acompañar a los cautivos. Su vida estuvo marcada por la pobreza personal, la entrega total y una fe que se tradujo en acciones concretas de justicia y compasión. Murió en Roma en 1213, dejando un legado que aún hoy sigue vivo en la misión trinitaria en favor de los oprimidos, encarcelados y marginados.
Otros santos y beatos celebrados el 17 de diciembre
San Lázaro de Betania: amigo íntimo de Jesús, a quien el Señor resucitó como signo del poder de la vida sobre la muerte; símbolo de esperanza y confianza en la misericordia divina.
San Bricio de Tours, obispo: sucesor de San Martín, pastor perseverante que supo rehacer su vida tras la incomprensión y la prueba.
Santa Olimpia, viuda: cristiana de los primeros siglos, conocida por su caridad, hospitalidad y apoyo a los pobres y a la Iglesia naciente.
Beato Jacinto María Cormier, religioso dominico: reformador de su orden y promotor de la vida espiritual y del estudio teológico.
