La Virgen del Carmen es la patrona de la Orden de los Carmelitas, cuya historia se remonta al siglo XII, cuando un grupo de ermitaños se estableció en el Monte Carmelo, en Tierra Santa, inspirados por el profeta Elías. Fue en ese lugar donde se consolidó una comunidad contemplativa bajo la protección de la Virgen María.
La devoción a esta advocación mariana se expandió rápidamente por Europa y América Latina, convirtiéndose en símbolo de protección espiritual y guía para marineros, pescadores y militares. De ahí que también sea conocida como la Estrella del Mar, protectora de quienes se encomiendan a ella en las aguas.
Uno de los elementos más representativos de esta devoción es el Escapulario del Carmen, que según la tradición fue entregado por la Virgen al superior carmelita San Simón Stock en 1251. Ella le prometió protección especial para quienes lo llevaran con fe, asegurando su intercesión tanto en vida como en la hora de la muerte: ‘Quien muera con este escapulario no padecerá el fuego eterno’.
En países como España, Colombia, Chile, Perú, México y Venezuela, se celebran multitudinarias procesiones en su honor, especialmente en zonas costeras. En muchos puertos se lanzan ofrendas florales al mar como símbolo de gratitud y protección.
Otros santos y beatos
Figura fundamental del Antiguo Testamento, considerado modelo e inspiración del ideal carmelita. Fue defensor del monoteísmo en tiempos de idolatría y realizó signos prodigiosos en nombre de Dios.
Obispo del siglo III que, según la tradición, fue quemado vivo junto a un grupo de sus discípulos en Capadocia. Se le recuerda por su valentía y fidelidad al Evangelio.
Conocido por su vida austera y de peregrinación. Después de una juventud disipada, se convirtió y dedicó su vida a la oración y a servir a los pobres. Es uno de los santos patronos de la ciudad de Pisa.
Aunque su fiesta principal se celebra el 16 de mayo, este día se asocia con su célebre visión de la Virgen del Carmen entregándole el escapulario. Figura central en la expansión de esta devoción.
Dominico portugués del siglo XVI, arzobispo de Braga, célebre por su participación en el Concilio de Trento y su defensa del clero y los fieles frente a los abusos. Fue beatificado por San Juan Pablo II.
Religiosas mártires durante la Revolución Francesa. Su entrega pacífica frente a la persecución las convierte en símbolos de fe silenciosa y resistencia espiritual.
