San Calixto I ocupa un lugar singular en la historia de la Iglesia primitiva. Nacido humilde, incluso como esclavo, su ascenso en la estructura eclesial fue marcado por dificultades y controversias. Durante su servicio como diácono fue encargado del cementerio cristiano en la Vía Apia, lugar donde se enterraban los mártires de la fe. Con este encargo creció su reputación de persona comprometida con el descanso digno de los difuntos cristianos.
En el año 217 fue elegido Papa. Su pontificado estuvo marcado por una visión pastoral más abierta y misericordiosa, lo que le granjeó simpatías y también oposiciones entre quienes pretendían mayor rigor. Se dice que reconcilió a cristianos que habían cedido por miedo o debilidad durante persecuciones, y libró debates teológicos con valentía.
Se comenta que una revuelta en Roma le costó la vida, haciendo de él un mártir de la Iglesia hacia el año 222. Quienes lo recuerdan subrayan su valentía frente a la adversidad, su apuesta por la reconciliación y su impulso por acoger a los pecadores con compasión, sin renunciar a la verdad. Su memoria invita a la Iglesia a vivir la tensión entre justicia y misericordia con una fe fuerte y un corazón abierto.
Otros santos y beatos conmemorados el 14 de octubre
- San Donaciano de Reims, obispo y mártir, quien en tiempos de persecución sostuvo la fe con entereza.
- San Fortunato de Todi, presbítero y mártir, modelo de fidelidad pastoral en medio de la tribulación.
- San Gaudencio de Rimini, pastor que ejerció su ministerio con celo y humildad.
- San Juan Ogilvie, presbítero jesuita escocés del siglo XVII, martirizado por su entrega al ministerio oculto y la evangelización en un contexto hostil.
- San Carponio mártir, presencia discreta del testimonio cristiano en épocas antiguas.
- Santo Domingo Loricato, religioso conocido por su vida penitente y su adhesión fervorosa a Cristo.
- San Lúpulo de Capua, santo local venerado por su virtud y protección en su región.
- Santa Angadrisma de Beauvais, mujer consagrada cuya vida quedó marcada por la humildad y el retiro espiritual.
- Santa Manequilde de Châlons, figura femenina de santidad silenciosa y recogimiento.
- San Venancio de Luni, recordado en la tradición local con devoción discreta.
- Beata Ana María Aranda Riera, mujer de vida entregada, venerada como modelo de fe y caridad.
- Beato Román Lysko, joven mártir del siglo XX, cuyo testimonio resuena especialmente en la memoria de los pueblos perseguidos por su fe.