Entre los siglos XVII y XIX, en el territorio del actual Vietnam, más de 130.000 cristianos fueron perseguidos, encarcelados, torturados y ejecutados por confesar su fe. En ese grupo se reconocen 117 mártires canonizados, entre ellos Andrés Dũng-Lạc, sacerdote vietnamita que adoptó varios nombres para evitar ser capturado, pero finalmente fue apresado, torturado y martirizado por negarse a renunciar a Cristo.
El conjunto de estos mártires estaba formado por 96 vietnamitas y 21 extranjeros (sacerdotes y misioneros), entre los que había obispos, sacerdotes diocesanos, religiosos y laicos —hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, catequistas, padres y madres de familia—, todos unidos por la misma fuerza interior: la fidelidad al Evangelio.
La memoria de hoy subraya tres aspectos clave de su legado espiritual: Universalidad de la fe: mártires de distintos países unidos por un mismo testimonio. Fidelidad hasta el final: prefirieron la cruz antes que renunciar a Cristo.cRaíces vivas del Evangelio: la Iglesia vietnamita, hoy floreciente, se sostiene sobre la sangre de estos mártires.
Otros santos y beatos celebrados el 24 de noviembre
- San Crisógono de Aquilea: mártir de los primeros siglos, venerado por su testimonio de fe en medio de la persecución romana.
- San Colmán de Irlanda: abad y fundador monástico, ejemplo de vida sencilla y oración contemplativa.
- Santa Flora de Córdoba: mártir hispana del siglo IX, que confesó valientemente su fe ante las autoridades musulmanas.
- San Porfirio de Gaza (en algunos calendarios locales): obispo, pacificador y promotor de la caridad.
- Santa María de la Providencia (mención local): fundadora consagrada al servicio de la infancia y de los más necesitados.