San Pablo de la Cruz (Paolo Francesco Danei, 1694–1775) nació en Ovada, Italia, en el seno de una familia profundamente creyente. Desde joven sintió una fuerte llamada a la conversión y al servicio de Dios. Tras un intenso proceso de discernimiento espiritual, fundó la Congregación de los Pasionistas, cuyo carisma central es mantener viva en el mundo la memoria de la Pasión de Jesucristo como signo del amor redentor.
Su vida estuvo marcada por la oración, la austeridad y una predicación ardiente, centrada en el misterio del sacrificio de Cristo. A través de retiros y misiones populares, Pablo de la Cruz transmitió con fuerza el mensaje del perdón, la esperanza y la misericordia que brotan de la cruz.
Durante años fue guía espiritual de numerosos fieles, entre ellos religiosas, laicos y penitentes, a quienes acompañó con sabiduría y ternura pastoral. Su profunda vida interior lo convirtió en un místico de la compasión y un apóstol incansable del amor de Dios manifestado en el sufrimiento de su Hijo.
Murió en Roma el 18 de octubre de 1775 y fue canonizado en 1867. Hoy se le venera como modelo de predicador, fundador y maestro de oración, símbolo del amor que se entrega sin medida.
Otros santos y beatos del 20 de octubre
- Santa María Bertila Boscardín, religiosa italiana del siglo XX, enfermera ejemplar que sirvió con humildad y amor a los enfermos.
- San Artemio el Gran Mártir, oficial romano convertido al cristianismo, ejecutado por negarse a renegar de su fe.
- Santa Matrona de Chíos, monja griega que consagró su vida a la oración y la caridad, venerada por sus milagros.
- Santa Magdalena de Nagasaki, mártir japonesa del siglo XVII, laica terciaria agustina que sufrió el martirio por su fidelidad a Cristo.
- San Cornelio el Centurión, primer pagano bautizado por San Pedro, símbolo de la universalidad del Evangelio.
- San Acca de Hexham, obispo inglés del siglo VIII, promotor de la formación del clero y de la música litúrgica.
- San Caprasio de Agen, mártir galo del siglo III, que entregó su vida durante las persecuciones romanas.
- San Leopardo de Osimo, obispo del siglo V, recordado por su piedad y dedicación pastoral.
- San Usthazanes, cortesano persa martirizado por abrazar la fe cristiana.
- San Aderaldo, clérigo venerado en Francia por su austeridad y servicio a los pobres.
- San Máximo de Ávila, mártir hispano de los primeros siglos, testigo de fidelidad en la persecución.