Santa Elena, una mujer de origen humilde, convertida en emperatriz por su hijo Constantino, cambió el rumbo de la historia del cristianismo. Santa Elena de Constantinopla, venerada cada 18 de agosto, es recordada como la mujer que descubrió el madero de la crucifixión de Cristo y promovió la construcción de los primeros grandes templos de Tierra Santa.
Nacida en torno al año 248 en Bitinia, en la actual Turquía, Helena inició su vida lejos de los lujos imperiales. La tradición la describe como una posadera antes de unirse a Constancio Cloro, general romano con quien tuvo un hijo: Constantino. Años más tarde, ese hijo se convertiría en el emperador que otorgó libertad de culto a los cristianos con el Edicto de Milán, y que concedió a su madre el título de Augusta.
Ya en su madurez, Helena abrazó la fe cristiana con una profunda devoción. Testigos de la época relatan cómo repartía limosnas, liberaba prisioneros y asistía personalmente a los pobres. Pero su mayor legado llegaría en su ancianidad, cuando emprendió un viaje a Palestina.
Allí, impulsada por su fe, mandó erigir templos en lugares vinculados a la vida de Jesús: en Belén, en el Monte de los Olivos y en Jerusalén. Según la tradición, durante estas obras fue hallada la Vera Cruz, la auténtica cruz en la que murió Jesucristo. El hallazgo reforzó la devoción de miles de cristianos y convirtió a Helena en una figura de referencia espiritual.
Santa Elena murió hacia el año 330 y fue enterrada en Roma. Su recuerdo permanece vivo no solo por su papel en la historia de la Iglesia, sino también por el ejemplo de una vida marcada por la fe, la generosidad y la firme convicción de preservar la memoria de Cristo.
Hoy es considerada patrona de los arqueólogos y de quienes buscan la verdad escondida en la historia.
Otros santos y beatos
- San Agapito, mártir de Palestrina: joven cristiano cuya entrega al Evangelio le costó la vida, símbolo de fortaleza para quienes enfrentan el martirio con fe.
- San Alberto Hurtado Cruchaga: sacerdote jesuita chileno del siglo XX, célebre por su dedicación a los pobres y marginados; fundó obras de caridad activas y compasivas.
- San Daig Maccairaill: monje irlandés que dedicó su vida a la oración y al servicio de su comunidad, reconocido por su ejemplo de piedad sencilla.
