San Germán nació en una familia acomodada de la región de Campania, Italia, hacia finales del siglo V. Hijo de Amancio y Juliana, tras la muerte de su padre decidió vender todos sus bienes y repartirlos entre los pobres, consagrándose a una vida de austeridad y oración. Su espíritu caritativo y su profunda fe llamaron la atención del clero y del pueblo de Capua, que lo eligieron obispo pese a su resistencia inicial.
Como obispo, Germán se destacó por su carácter bondadoso, su amor por los más necesitados y su férrea defensa de la verdad de la fe. Su vida fue ejemplo de sencillez y cercanía pastoral, siendo un verdadero padre espiritual para su diócesis.
Uno de los momentos más notables de su vida fue su nombramiento como enviado pontificio a Constantinopla por el Papa Hormisdas, en el año 519. En tiempos de grandes divisiones dentro de la Iglesia, san Germán encabezó la misión diplomática que buscaba restaurar la comunión entre Oriente y Occidente tras el llamado cisma de Acacio. Su tacto, prudencia y espíritu conciliador fueron decisivos en la reconciliación alcanzada poco después.
A su regreso a Capua, continuó ejerciendo su ministerio con una profunda vida de oración. La tradición cuenta que san Benedicto de Nursia, mientras rezaba en su monasterio de Montecasino, vio elevarse al cielo el alma de san Germán en forma de una esfera de fuego, signo de su santidad.
Falleció el 30 de octubre del año 540 —otras fuentes señalan 541—, siendo enterrado en la iglesia de San Esteban de Capua, templo que él mismo había embellecido y que pronto se convirtió en centro de peregrinación. Con el paso de los siglos, parte de sus reliquias fueron trasladadas a Monte Cassino, donde aún hoy se conserva su memoria.
San Germán de Capua es considerado patrono de Cassino y de varias comunidades italianas, símbolo de humildad pastoral y defensor incansable de la unidad eclesial. Su vida enseña que la verdadera grandeza en la Iglesia no se mide por el poder ni la fama, sino por el servicio silencioso, la entrega a la verdad y la compasión hacia los más pequeños.
Otros santos y beatos del día
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San Marcelino el Centurión (†298)
Militar romano martirizado en Tánger por negarse a rendir culto al emperador. Su ejemplo de fidelidad y valentía ante la persecución es testimonio del poder de la fe frente al miedo. -
San Teonesto de Filipos (siglo V)
Obispo que defendió la ortodoxia contra las herejías de su tiempo. Tras sufrir el exilio, continuó su labor misionera hasta morir mártir, símbolo de constancia en la verdad. -
Beato Oleksa Zarytsky (1912-1963)
Sacerdote ucraniano de la Iglesia greco-católica. Arrestado por el régimen soviético, fue deportado a los gulags de Siberia, donde murió por su fidelidad a Cristo. Beatificado por Juan Pablo II. -
Beato Terence Albert O’Brien (1601-1651)
Obispo y dominico irlandés que defendió la libertad de la Iglesia frente al poder político. Murió decapitado tras negarse a reconocer al monarca inglés como cabeza de la Iglesia.


