Los los Santos Ángeles Custodios es una conmemoración dedicada a los ángeles que, según la tradición cristiana, Dios encomienda a cada persona para protegerla, guiarla y acompañarla en su vida terrenal. Esta solemnidad tiene una importancia especial dentro del calendario litúrgico, pues recuerda la presencia constante de los ángeles como mensajeros divinos y guardianes.
La devoción hacia los Ángeles Custodios se remonta a los primeros siglos del cristianismo, aunque fue en el siglo XVII cuando el papa Clemente X fijó su fiesta en el 2 de octubre para toda la Iglesia.
La teología católica sostiene que cada persona cuenta con un ángel custodio personal, cuya misión es acompañarla en su camino de fe, protegerla de los peligros espirituales y conducirla hacia la salvación.
Esta celebración invita a los fieles a tomar conciencia de esa presencia invisible pero activa, que se convierte en compañía y auxilio en la vida cotidiana.
Otros santos y beatos que se conmemoran el 2 de octubre
- San Beregiso de Andage († c. 725): Fundador y primer abad del monasterio de Andage en Francia, conocido después como San Mauro. Destacó por su austeridad y su espíritu de oración.
- San Eleuterio de Nicomedia († s. IV): Mártir en Bitinia, recordado por su valentía al confesar su fe en Cristo en tiempos de persecución.
- San Gerino de Clermont († 885): Mártir francés, sobrino de San Geraldo de Aurillac, asesinado por defender la fe.
- San Leodegario de Autun († 678): Obispo y mártir, víctima de las luchas políticas de su tiempo en el reino franco. Fue célebre por su caridad y su firmeza en la defensa de la Iglesia.
- San Modesto de Tréveris († s. V): Obispo de la antigua diócesis germana de Tréveris, se le recuerda por su dedicación pastoral.
- Beato Juan Beyzym († 1912): Sacerdote jesuita polaco, misionero en Madagascar. Entregó su vida al cuidado de los leprosos, siendo llamado “apóstol de los leprosos de Madagascar”.
- Beato Plácido Riccardi († 1915): Benedictino italiano, maestro espiritual y director de novicios, ejemplo de humildad y de vida sencilla dedicada a la oración y al servicio de sus hermanos.