Nacida en la región de Borgoña, Francia, hacia el siglo III, Santa Regina fue hija de un noble pagano. Tras la muerte de su madre, fue criada por una mujer cristiana que la educó en la fe. La joven abrazó con fervor el Evangelio y decidió consagrar su vida a Cristo, rechazando casarse con un gobernador romano que la pretendía.
Su firmeza en la fe provocó la persecución: fue encarcelada y sometida a crueles tormentos. Finalmente, murió decapitada, dando así testimonio de su fidelidad a Cristo. Desde la Edad Media, su culto se extendió por Francia, donde se le atribuyen numerosos milagros. Santa Regina es recordada como ejemplo de pureza, valentía y amor absoluto a Dios por encima de todo.
Otros santos y beatos del 7 de septiembre
- San Clodoaldo (San Cloud), presbítero (siglo VI)
Nieto del rey Clodoveo de los francos, renunció a la vida cortesana y se hizo monje. Se ordenó sacerdote y vivió en retiro, siendo recordado como modelo de humildad. - San Grato de Aosta, obispo (siglo V)
Pastor de la diócesis alpina de Aosta, célebre por su celo pastoral y por fomentar la devoción a las reliquias de los mártires. - San Juan de Lodi, obispo (siglo XII)
Monje camaldulense que llegó a ser obispo de Gubbio, en Italia. Destacó por su espíritu reformador y su vida austera. - Beato Eugenio III, papa (siglo XII)
Discípulo de San Bernardo de Claraval, fue elegido papa en 1145. Promovió la vida monástica y la reforma de la Iglesia. - Beato Tomás de Kempis (siglo XV)
Religioso agustino y místico alemán, autor de la célebre obra espiritual La Imitación de Cristo, uno de los libros más influyentes en la espiritualidad cristiana. - Beato José Marchandon, mártir (siglo XVIII)
Sacerdote francés que fue asesinado durante la Revolución Francesa por negarse a renunciar a su fidelidad a la Iglesia.