La Cena ve más cerca la consecución de uno de sus proyectos más deseados, la nueva casa de hermandad que sustituirá las actuales dependencias que ocupa, anexas a San Marcos, que fue la casa del sacristán; apenas dos habitaciones que fueron remodeladas y que siguen siendo muy insuficientes para las necesidades de la hermandad.
El hermano mayor, Manuel Muñoz Natera, espera empezar la obra este mismo verano para en 2023, al final de su mandato, dejarla terminada. El local, que se encuentra justo enfrente de la puerta principal de San Marcos, tiene 120 metros cuadrados útiles, un espacio que no ha sido usado desde ellas década de los 80 del siglo pasado y que la hermandad pudo comprar en mayo de 2019.

El hermano mayor confirma la urgencia de ese proyecto: “Es prioritario una casa; la que ahora ocupamos es la casa antigua del sacristán a la que se le hizo un arreglo en 1997, pero sigue siendo muy insuficiente”. El proyecto lo recibió ayer el teniente de alcaldesa de Urbanismo, José Antonio Díaz, para tramita ala licencia de obras.
Díaz se congratuló por la idea “que se encuentra ya en su recta final para que pronto pueda ser una realidad” y añadió que “desde Urbanismo vamos a iniciar los trámites correspondiente para conceder la licencia de obras en el menor plazo de tiempo posible”.

Ya el pasado 30 de enero, el obispo y la alcaldesa pudieron visitar el local y conocer de primera mano la idea que la cofradía tiene en cuanto al uso de la futura casa de hermandad y la necesidad de contar con esta instalación que contará con una exposición permanente de su valioso patrimonio.