¿Y si...?

Foto Francisco Romero copia

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

foto_2_3
foto_2_3

¿Y si no volviera a llover nunca —o como llovía antes—? Parece el guión de un escenario apocalíptico pero entra en el rango de lo posible que nunca vuelva a llover, o al menos que nunca lo haga tanto como lo precisa —por ejemplo— el millón de habitantes de Cádiz, sus regadíos, sus industrias y sus visitantes. ¿Qué haríamos en Jerez? ¿Tiene nuestro Ayuntamiento un plan de contingencia que impida el mismo caos que ocasionaron los eternos cortes de agua de 12 horas durante la sequía de 1996? ¿Han elaborado las instancias de Seguridad, Infraestructuras y/o Protección Civil del Ayuntamiento un inventario de pozos, aljibes, cisternas y recursos hídricos públicos y privados expropiables del término municipal de Jerez? ¿Ha programado el Consistorio la paulatina desconexión de la red de abastecimiento de los lavaderos de coches, piscinas públicas como la de La Granja o el Club Nazaret, baños “árabes”, termas “romanas” y otras instalaciones deportivas, recreativas y hoteleras? ¿Han discurrido las cabezas pensantes del Gobierno municipal sobre la posibilidad de construir instalaciones que permitan la potabilización de aguas como las de las lagunas de Torrox o como las que en estos tiempos de abundancia sólo se usan para baldeos de calles, alimentación de fuentes o riego de praderas y campos de golf? ¿Tiene previsto el Ayuntamiento de Jerez favorecer, impulsar o presionar a las administraciones provinciales, autonómicas o estatales para la construcción de desaladoras públicas en nuestras costas?

¿Y si ardiera en Jerez un edificio como la londinense Torre Grenfell convertida en pira humana en junio de 2017? Se antoja un absurdo, pero sólo porque nadie ha inspeccionado el material con el que se recubren nuestros edificios. Como protección frente a las extremas inclemencias del tiempo, con regularidad y por norma general en Jerez suelen cubrirse nuestros bloques con pinturas plásticas, aunque también algunos se revisten de gruesas protecciones y aislantes que le confieren un mayor confort e impermeabilización, pero ¿cuántos de ellos superan los controles de calidad y seguridad que desde nuestro Ayuntamiento debieran garantizar que no puede repetirse en Jerez la hecatombe londinense? ¿Y cuántas de sus azoteas y terrazas con 12 ó 14 plantas son inalcanzables para la escalera extensible más prolongada de la que disponen los coches del Consorcio de Bomberos que operan en nuestra ciudad? El incendio de Grenfell causó 71 muertos. Como consecuencia de ello, ¿ha habido 71 inspecciones en Jerez? ¿Y si acaso, una sola?¿Y si estallara en nuestros Montes de Propio una tormenta de fuego como las portuguesas de este año? ¿Tiene el Ayuntamiento, el Consorcio de Bomberos, el Infoca, Protección Civil y la Junta de Andalucía suficientes recursos tecnológicos y humanos para evitar cataclismos como los que ocasionaron más de 100 muertos en Pedrógão Grande, Coimbra o Braga este verano? ¿Se siguen en nuestros Montes protocolos de prevención que practiquen la selvicultura preventiva, limiten el exceso de vegetación seca, reduzcan en el monte las grandes masas forestales descontroladas para limitar la expansión del fuego e impidan su extensión a todo el bosque, aminoren la cantidad de vegetación en grandes áreas por medio de su explotación a la manera tradicional, permitan el uso ganadero, restrinjan el crecimiento del matorral, favorezcan la existencia de pastizal, toleren y admitan el uso del monte para la recogida de leña y su desbroza planificada, construyan y mantengan cortafuegos racionales e incrementen la vigilancia intensiva de los montes? ¿Y cuánto empleo puede generarse en estas actuaciones que sólo perseguirían el interés público?

¿Y si nuestras medidas de seguridad contra la Yihad no fueran suficientes? Pues con toda certeza NO LO SON. Cualquiera con un coche, con una camioneta, con un machete o con un destornillador puede ocasionar una matanza. Hoy, mañana y hace 100 años. En la calle Larga o en el Luz Shopping. Por mucha vigilancia o muchos reductores de velocidad, obstáculos o maceteros que pongamos, cualquier sujeto que sólo se ciña a la interpretación intolerante de un credo puede colarse en zonas protegidas y sembrar la muerte. En Arenal, en la plaza de Ubrique, en la calle Honda, en Princijerez, en la avenida de la Soleá, en El Almendral o en Vallesequillo II, un desplazado o no integrado puede desbarrar su frustración y volcar su amargura en los inocentes que transitan a su lado. Cabalgata de Reyes Mayos o de Carnaval, Semana Santa o aglomeraciones de Feria, Vendimia o Zambombas, no podemos hacer nada para evitarlo, pero sí para prevenirlo. Porque en Jerez y en la Conchinchina sólo hay un camino: integración, amistad, solidaridad, fraternidad, generosidad, empatía y comprensión. La sonrisa antes que la desconfianza; el abrazo antes que la hostilidad. Sólo cuando comprendamos que cada uno de nosotros es parte de un único ser humano con el mismo sufrimiento, alegría y esperanza que el prójimo seremos capaces de ponernos en el lugar del otro. Y sentir como él.

¿Y si Jerez decidiera un día ser Jerez? Porque tras tanta hecatombe y tanto desastre arriba descrito, bueno será cambiar de tercio y reivindicar nuestra esencia y nuestro peso específico. La primera ciudad de la provincia, la quinta de Andalucía, podría —DEBERÍA— despertar de su sopor, escapar de la depresión, manifestar su prevalencia social y económica y demandar su merecido protagonismo real. Jerez, ciudad olvidada, debiera sentirse y saberse y poder y comprender qué es y que representa el 25% de la provincia de Cádiz, y exigir el 25% de las plazas hospitalarias, el 25% de las facultades y escuelas universitarias, el 25% de las titulaciones, el 25% de las sedes de consejerías autonómicas y delegaciones estatales, el 25% de las infraestructuras ferroviarias, el 25% de los kilómetros de autovías y carreteras, el 25% de las inversiones públicas, el 25% de las PIEs, el 25% de los empleados y nóminas públicas asociadas a las administraciones estatales, autonómicas y provinciales, el 25% de las subvenciones y programas destinados a la creación de trabajo y sostenimiento del empleo público y privado, el 25% de la Diputación, el 25% provincial de la Junta y del Estado... Como Teruel, como el sur del Sur, ¡Jerez también existe! Y va siendo hora de EXIGIR a Madrid, a Sevilla y a Cádiz que se nos tenga en cuenta.

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído