Le habló a través de los sueños

El caso de un jerezano que recibió varios mensajes de su hermana fallecida a través de sueños provenientes de terceras personas

Le habló a través de los sueños.
02 de septiembre de 2025 a las 20:11h

El misterio es ese compañero de viaje que camina a nuestro lado allá donde vayamos. La mayoría de las veces no lo vemos, no lo percibimos, pero siempre está ahí, agazapado en un callejón, en un antiguo templo, en un viejo palacio o escondido tras algún monumento. Cuando caminas por Jerez de la Frontera y te adentras en sus entrañas a través de un paseo solitario, se puede percibir ese halo de misticismo que emanan sus calles. Su historia viva nos habla, nos susurra al oído esos secretos del pasado, pero también del presente. Los jerezanos tienen mucho que contar. Experiencias extrañas que, en la gran mayoría de las ocasiones permanecen ocultas en el cajón de sus vergüenzas por miedo al qué dirán, por el estigma, por los dedos acusadores que los tildan de locos y chalados. Pero esta sección servirá para, precisamente, dar voz a esas personas que en cierto momento de su vida se toparon con lo inexplicable, con lo imposible. 

Dentro del amplio abanico de temas que nos ofrece el mundo del misterio, vamos a enfocar este artículo de hoy en el fascinante mundo de los sueños, y, por supuesto, con un jerezano como protagonista. Alfonso Saborido, compañero de los medios y escritor, ya me relató esta vivencia hace unos años y la plasmé en mi obra Expedientes X jerezanos (Tierra de nadie Editores, 2023), y el impacto de su historia refleja la pura esencia de los enigmas que podemos encontrar después de la muerte. Allá por febrero de 2009, Alfonso sufrió la pérdida de su hermana, la cual, tras batallar con una larga enfermedad, terminó sucumbiendo al sueño eterno. El dolor, la aceptación a regañadientes de la realidad y la ausencia provocaron un vacío irreparable. 

"Tiempo después de la muerte de mi hermana, un domingo por la noche concretamente, me escribe un conocido de la asociación a la que pertenezco. Y me dice en su mensaje que no sabía cómo decírmelo, pero que había soñado con mi hermana. A mí me sorprendió, porque él no la conocía, tan solo la vería alguna que otra vez por mis redes sociales en alguna que otra foto, pero poco más. Total, que me dice, que ella, en el sueño, le ha dejado un mensaje para mí: que estaba bien, que no llorara, que no quería verme así de triste, que estaba con mamá, y que se encontraba en revisión de vida. Que cuides de ti y también de papá".

Alfonso consideró el sueño de aquel conocido como una mera casualidad, sin darle más importancia de la que tenía, aunque si le llamó la atención eso de que se encontraba en revisión de vida. ¿Podría referirse a ese dictamen que juzga nuestro comportamiento en el mundo de los vivos? Como un juicio final que marca el destino de nuestra alma. Pero, como el mismo nos comenta, aquel soñante no era precisamente una persona perteneciente a su círculo más cercano de amigos, tan solo un conocido. Tampoco con su hermana tenía relación alguna; de hecho, nunca la conoció. 

Lo sorprendente de esta historia se produjo meses después. Otro domingo por la noche, Alfonso recibió un mensaje de una antigua vecina suya, alguien a la que si le unía un vínculo más directo y que, de hecho, fue amiga de su hermana desde pequeña. Ese mensaje decía lo siguiente: 

"Hola Alfonso. Te escribo para decirte que he soñado con tu hermana, y ha sido algo curioso. Yo en el sueño la veía joven, bastante bien, pero lo que me ha sorprendido es que quería que te dijera lo siguiente: Dile a mi hermano, que le he dicho que no llore más por mí, pero que no me hace caso. Que estoy bien, que me he ido porque estaba cansada".

Podríamos decir que ese sueño fue como una extraña continuación del mensaje que recibió el primer soñante, sobre todo por la frase en la que insiste de manera tajante "que le he dicho que no llore más por mí". Mencionar, que entre aquel hombre y la vecina de Alfonso tampoco existía ningún vínculo, no se conocían. Ya no podía tratarse de una casualidad.

"Había veces que, indudablemente, seguía llorando, como es normal, pero esa llorera continua que tenía por ella desapareció. A partir de ahí, no recibí más mensajes de este tipo".

El relato de Alfonso nos invita a pensar que, tal vez, el mundo de los sueños no sea tan solo una manifestación de los deseos reprimidos de nuestro inconsciente, como afirmaba Sigmund Freud, sino que hay algo más, un plano paralelo a nuestra realidad tangible donde aquellas almas que un día partieron del mundo de los vivos, regresan de alguna forma para comunicarnos un mensaje, una señal, algo que, en el fondo, nos reconforte y nos ayude a sobrellevar un poco mejor nuestra efímera existencia.