Fran Pereira. Presidente de la Cátedra de Flamencología de Jerez
Más que merecido homenaje el que la Cátedra de Flamencología de Jerez ha brindado este fin de semana a la figura del tristemente desaparecido poeta y flamencólogo jerezano Manuel Ríos Ruiz. El bueno de Manolo no solo fue un pilar decisivo en la construcción de esta institución jerezana, sino que contribuyó sobremanera a engrandecer y dignificar el arte jondo, mucho antes de que fuese declarado oficialmente Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y muchos políticos se subieran al carro. Este primer acto de la nueva etapa de la Cátedra, tras la muerte de otro de sus fundadores, Juan de la Plata, debe servir de acicate para reforzar la voz de un órgano de preservación y amor al flamenco que tiene muchísimo que decir en estos tiempos oscuros para la cultura.
Dani Llamas. Músico
El músico jerezano acaba de lanzar La verdad, su nuevo álbum editado por Wild Punk Records y en el que no solo se lanza a componer y cantar en castellano, sino que además aborda desde su particular universo musical adaptaciones de letras y estilos flamencos. Se trata de su sexto trabajo discográfico en solitario y, como él dice, quizás el más importante. Un arduo trabajo que ha desarrollado en el momento más difícil para la cultura y que hay que escuchar lo antes posible en toda su dimensión, en vivo y en directo.
Luis Salvador. Alcalde de Granada
El dirigente de Ciudadanos se ha lanzado en tromba esta semana a criticar al Gobierno central por el traslado de inmigrantes de Canarias a Granada, pero se le olvida a Salvador que su propio partido en Canarias pidió una solución para la llegada de estas personas, y que una de ellas era la del traslado a la Península. Aseguró cosas que no eran ciertas y lanzó a la ciudadanía contra estos inmigrantes con mensajes que tienen poca humanidad. Insinuó que no llevaban la PCR hecha sin haberlo hablado con otras autoridades. De una posición como la suya se espera otra cosa. Podía haber sido sucesor de Marín, y ahora, siendo el tercer partido más votado en su ciudad, se queda la Alcaldía por cuatro años, y el PP, quien habló de un pacto a dos años, no puede ahora hacer nada para echarle, entre otras cosas, por el pacto de la Junta. Parece Salvador más preocupado de los titulares que de la gestión.
Salvador Illa. Ministro de Sanidad
La gestión de Illa podrá gustar más o menos, pero si por algo había destacado hasta ahora era por su templanza y su capacidad comunicativa. Hasta ahora, porque en el asunto de la Navidad se ha puesto de perfil. Era la gran pregunta de la ciudadanía. Se ha dedicado a algunas apariciones televisivas, quizás pensando en las futuras elecciones catalanas, pero no ha salido a explicar de verdad algo importante: ¿qué es un allegado? El Gobierno es el que ha esgrimido el concepto pero no ha querido dejar claro qué considera recomendable para una mesa de Navidad en un día en que se levanta el máximo de seis personas por otro de diez, un momento clave para el país porque casi toda la población se reunirá, y en muchos casos con no convivientes. Podría haberse hecho mejor, pero le ha faltado valentía para recibir algún palo esperando que el asunto quede gestionado desde las comunidades. Está bien que el Gobierno ponga el marco y las autonomías el desarrollo con cierto margen. Pero si el concepto de allegado es un obligado, es parte de ese marco, podría haber sido menos confuso.
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