Tres años

Tribuna Libre de Javier Osuna con motivo del tercer año de gobierno del alcalde José María González Santos

El alcalde José María González durante su discurso de investidura en 2015. FOTO: ELDIARIO.ES
El alcalde José María González durante su discurso de investidura en 2015. FOTO: ELDIARIO.ES

Han pasado tres años. ¡Qué rápido pasa el tiempo! Tres años... ¿Tres, o cuatro? Cuatro y algo, diría yo, desde aquella mañana del 22 de junio de 2014 en que la demarcación de Costas, con la connivencia de todos los grupos políticos, echó bloques en el lienzo de muralla de Santa Bárbara. Aquel caluroso día, un grupo de personas —no muchas— organizamos en la Asociación de la Prensa de Cádiz un debate público, abierto a todos los ciudadanos y a partidos políticos, cuyo fin era, de una parte, intentar frenar dicha tropelía y por otra, despertar conciencia de una chapuza salvaje que, inminente, se iba a hacer en Santa Bárbara.

Y que, por desgracia, se hizo. Se recogieron firmas en Avaaz, y al debate fue invitado el director de la Demarcación de Costas e ingeniero de caminos, Patricio Poullet que, vía su secretaria, declinó la invitación“porque no le fue posible asistir”(sic); también se le envió a tu predecesora alcaldesa (que tampoco apareció, ni delegó en concejal alguno) junto a especialistas reconocidos en arquitectura, historia, movimiento ecologista y ciudadanos anónimos de la ciudad de Cádiz que sí acudieron.

Podemos no tenía todavía representación en el Ayuntamiento de Cádiz, pero era una fuerza emergente que ya contaba con representación en el parlamento europeo. Sin ir más lejos, Teresa Rodríguez, con quien contacté telefónicamente; pero por desconocimiento del tema (le cogía lejos de su ciudad, por tanto alejada del foco de la noticia), me puso en contacto contigo. Hablamos por teléfono y te cursé un correo electrónico con toda la información, junto con un PDF que os sirviera de referencia; un estudio solvente, de cuatro expertos sobre la materia: 'Las murallas de Cádiz y su lucha contra el mar', que ofrecía todas las claves desde un punto de vista técnico del por qué suponía un despropósito arrojar bloques de hormigón en nuestro recinto amurallado, por otra parte, protegido.

El día de tu investidura, ya como alcalde, quienes te votamos nos emocionamos y nos emborrachamos de entusiasmo

Llegó el día del debate y todos los asistentes, la gran mayoría contrarios al despropósito de aquella actuación, estuvieron bastante sólidos en sus argumentos. Tú no pudiste estar —por mor de un viaje a Lisboa, recuerdo—, pero sí estuvieron algunos miembros de tu partido que, abiertamente en el turno de palabra, expresaron su punto de vista y plantearon cuantas preguntas tuvieron a bien hacerle a los miembros de la mesa de debate. Quien suscribe no era nadie; sigo sin serlo —como tampoco lo eras tú entonces—. Sin embargo te llamé, José María González. Os llamamos. Voz a los sin voz, porque entendimos que la opinión de todos era sumamente beneficiosa.

Con posterioridad, coincidimos en otro acto en la misma sede de la APC, esta vez convocado por el PSOE: un encuentro con Paulino Plata (a la sazón Consejero de Cultura) con personas ligadas al mundillo cultural. Lo recordarás porque, curiosamente, tú y yo fuimos los únicos defensores allí de la innegable faceta cultural del Carnaval de Cádiz; tú defendiste las bondades de la fiesta y reprobaste el tono despreciativo y condescendiente de alguno de los presentes; y servidor, reivindicó la necesidad de la declaración de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad para el Carnaval de Cádiz (que hasta ese mismo momento nadie había mencionado), y argumenté las credenciales historiográficas que nuestra ciudad tenía (y tiene) para con el arte flamenco, sistemáticamente desoídas, ignoradas, discutidas, ninguneadas y despreciadas por los presupuestos autonómicos, que en materia flamenca tan sólo favorecen hoy a Jerez de la Frontera, Sevilla o Málaga.

El día de tu investidura, ya como alcalde, quienes te votamos nos emocionamos y nos emborrachamos de entusiasmo, viéndote asomado al balcón consistorial, ya sin el marco dorado de Los mendas ni la faca apócrifa de Los santos; ahora con el bastón real de Salvochea. Adrenalina e ilusión por un tubo y cientos de proyectos de colores, tras un precioso horizonte de nuevas maneras. Caían 19 años de Teofilato, cerrado a cualquier tipo de diálogo. Y te imaginaba receptivo. Y te imaginaba dialogante. Así me lo parecías cuando de joven trabajabas en las hamacas del tramo norte de La Victoria y cuando empezaste a ser conocido en la (otrora) punta jurado de tu comparsa.

Pasaron meses. Pasó el año. Pasaron dos años. Y caminito del tercero, vino tu segundo “Tenemos que vernos”

Te imaginaba dialogante —te decía— y me imaginaba explicándote la lucha que emprendimos algunos por esclarecer la pérdida, a día de hoy no resuelta, de un bien municipal inventariado que a todos nos atañe —a ti hoy como alcalde, el primero—: el cuadro de Los Mojosos, que tus predecesores en San Juan de Dios se negaron a investigar yéndose 'de rositas'; siendo ellos los únicos responsable de la pérdida, destapada por el activismo ciudadano.

Te imaginaba receptivo —te decía también— y me imaginaba trasladándote la lucha que emprendidos algunos vecinos, sensibles al medio ambiente, contra la mal llamada 'regeneración' de arena en nuestras playas, cuando desde 1991, junto al colectivo Araucaria (luego integrado en Ecologistas en Acción) intentamos frenar los brutales aportes de arena y, al mismo tiempo, proteger un ecosistema que albergaba (aún lo hace) especies marinas únicas en el mundo, que llevan el nombre de Cádiz en su sinonimia científica, idénticas a esas otras planarias que, recientemente, se han descubierto por investigadores de la UCA, descritas por primera vez para la ciencia en nuestro litoral.

Te imaginaba con sólida palabra. Por ello, siendo ya alcalde, cuando por primera vez me dijiste:“Tenemos que vernos”, pensé que sería una oportunidad preciosa de aportar ideas para nuestra ciudad. Pasaron meses. Pasó el año. Pasaron dos años. Y caminito del tercero, vino tu segundo “Tenemos que vernos”. Era ya la barra del ambigú del Falla en Semifinales y allí te dije:“Sí, pero que no sea el‘a ver si nos vemos de Cádiz’, que traducido resulta: no tengo ningún interés a corto-medio plazo en verte.”

Entretanto, le concedes una medalla de todos a una virgen de unos pocos, con los mismos argumentos y méritos que Pipi Calzaslargas tuvo por levantar en peso a 'Pequeño Tío', su caballo a lunares; esto es: frenar las aguas del Maremoto: o sea, mera ciencia infusa. La novela venciendo a la cientificidad. La doctrina a los métodos de la ciencia. El dogma individual en conflicto con la aconfesionalidad de nuestro estado. Me enteré por la prensa, además, que un magnífico mareógrafo público albergará una figura de la Patrona (a sumar la que ya corona el Faro de las Puercas), dos espacios públicos pertenecientes a un estado aconfesional. Los zapateros a sus zapatos. Y las patronas a sus iglesias de culto.

Prosiguen los bloques en Santa Bárbara desde entonces y no conforme con ello, toda la escombrera rota por el temporal Emma el 1 de marzo, justo enfrente del tramo de playa donde tú trabajabas, el pasado 1 de junio del corriente, las máquinas municipales sepultaron la enorme escombrera como el que deposita la suciedad bajo la alfombra.Y Costas, con tu solicitud y la del resto de grupos, volvió a vomitar toneladas de arenas, costosísimas para el erario público.

Los ciudadanos no somos sólo necesarios cada cuatro años para votarte, lo somos a diario

Hay dos plantas fotovoltaicas, sí; pero también un Archivo Histórico Municipal que lleva años acusando falta de personal. A causa de ello, dicha dependencia de fondos PÚBLICOS (mayúscula intencionada) sigue sin abrir los lunes por la tarde; única ocasión que tienen miles de usuarios gaditanos para acceder a consultar nuestros fondos, ya que su horario es de mañana, impidiendo la libre consulta; algo que como historiador de formación (aparte de como alcalde) debes saber. También la hemeroteca-biblioteca municipal, Celestino Mutis, presenta actuaciones absolutamente intolerables para el desarrollo de los trabajos de investigación.

¿Nos necesitas atentos y críticos, no? Bien. Reflexiona, pues, con todo lo anterior. Me encantaría contártelas, con luz y taquígrafos. Me encantaría pasear, a pie de adoquín, al lado de algún técnico tuyo o concejal y mostrarte defectos y carencias urbanas de fácil solución. Zonas donde inexplicablemente no hay un paso de peatones o zonas donde los hay colocados de manera inadecuada. Árboles que se talan más de la cuenta. Tramos que necesitan nuevas arboledas. Ya sabes... estamos en tierra de dragos tricentenarios que se caen; de ficus que se mutilan para que un Hotel Atlántico tenga un balcón más grande y de arboledas taladas en Candelaria, antes de tu llegada. Y en tierra en la que se autoriza duplicar las aceras para que los hosteleros usurpen los espacios públicos de manera impune, duplicando sus mesas. Como en la vergonzosa acera de La Mirilla y El Unicornio.

Los ciudadanos no somos sólo necesarios cada cuatro años para votarte, lo somos a diario. Lo recordarás bien por una cuarteta: "(...) es tu negocio / vives del engaño; / te acuerdas de nosotros cada cuatro años". Pues eso. Que me niego a formar parte de una ínfima y mera porción estadística que te votó y que debe esperar, sumiso, pasivo y en silencio para tan sólo 'hablar' en las urnas. Me niego, soy inconformista, y apoyo las luchas comunes en plataformas, beneficiosas y justas, para y por una mejor urbe que a todos nos duele y pertenece. Aplaudo lo que, entiendo, has hecho bien (como apagar las luces de La Victoria, que nos colocaba a la cabeza de la contaminación lumínica en Europa; el Plan de Inclusión o el avance de género suprimiendo las ninfas) y critico donde considero que te has plegado, conservador, por el miedo a la pérdida de votos.

Queda algo menos de un año. Suerte en lo que resta, alcalde. Siempre será más honesto no llamar que un nuevo: "¡a ver si nos vemos!". Y siempre nos quedará el consuelo de solicitártelo por escrito (como la propuesta del Centenario del Nacimiento de Paco Alba). El año venidero se cumplen 125 del coro en carroza, no estaría de más vincularlo a la capitalidad del Carnaval Iberoamericano que Cádiz ostentará. Presentaremos la idea en el registro municipal, por si tienes a bien acogerla. A fin de cuentas, ninguna ciudad del mundo presenta una efeméride tan singular y tan antigua en el tiempo, desde un punto de vista etno-musical.

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído