#TodosSomosChenoa

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Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Desde 2014 soy socio fundador y director de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología; hice la dramaturgia del espectáculo 'Soníos negros', de la Cía. María del Mar Moreno; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero', que organiza la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Accésit del Premio de Periodismo Social Antonio Ortega. Socio de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) y de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

De si hubo o no cobra hay versiones para todos los gustos y vídeos desde todas las perspectivas posibles, ¿pero qué más da? Mucho más humillantes me parecieron las palabras que Bisbal...

Que conste que escribo desde la rabia. La que me da ver cómo medio país habla de la “pobrecita” Chenoa, esa que ayer volvió a cantar emocionada en lo alto de un escenario un tema que hace 15 años —repito, !15 años!— significó algo para ella y para el que entonces era su pareja.

De si hubo o no cobra hay versiones para todos los gustos y vídeos desde todas las perspectivas posibles, ¿pero qué más da? Mucho más humillantes me parecieron las palabras que Bisbal pronunció cuando terminaron la esperada canción. No era necesario decir nada, pero ya que se animó aun sabiendo que la oratoria no es su don, debería haber sido lo suficientemente inteligente como para no cagarla como lo hizo.

“Siempre te he tenido, te tengo y te tendré mucho cariño”. Todo un eufemismo para no admitir públicamente que la quiso y que, sólo por el hecho de haber compartido con ella momentos tan inolvidables como el que ayer revivían, siempre tendrá un espacio en su corazón. Pero, claro, ¿cómo iba a decir eso?, ¿cómo dar una muestra de sensibilidad tan grande en prime time?

Era mejor tratarla como la pobre chica que, ¡15 años después, 15!, aún no ha superado la ruptura. Menos mal que en elegancia, madurez e inteligencia emocional le gana por goleada Chenoa y esta, ni corta ni perezosa, dijo sin tapujos que lo quería. Porque es lo normal, lo que todos sentimos hacia nuestras exparejas salvo cuando hay otras razones de peso que ahora no vienen al caso. ¿Tan malo es admitirlo?

Si echo la vista atrás, no puedo más que dar las gracias por las parejas que he tenido y los momentos que he vivido con ellas. Independientemente de las circunstancias que hicieron que se acabaran, de todas esas relaciones he aprendido algo y todas me han hecho crecer de uno u otro modo. Así que no, no pienso renegar de ellas y, mucho menos, ridiculizarlas hasta este extremo.

Porque llegados a ese punto, lo que hubiera tenido que hacer Chenoa era devolvérsela en directo y decirle de una vez por todas a Bisbal, y a todos los que piensan que es una pobre mujer desvalida, que gracias a esa ruptura es hoy una cantante que sigue viviendo de la música, sus discos y sus conciertos. Que, gracias a esa ruptura, no es la sombra de ningún artista internacional de éxito que se conforma con que él triunfe. Que, gracias a esa ruptura, no es conocida como la “novia de” o “la mujer de”. Que, gracias a esa ruptura, ha podido tener otras muchas experiencias con otros hombres (ya me hubiera gustado a mí hincarle el diente a Alex González como hizo ella en su momento). Que, gracias a esa ruptura, hoy puede reírse de su pasado con naturalidad y asegurar que nunca más atenderá a la prensa con un chándal gris a la puerta de su casa. Y que, gracias a esa ruptura, ha aprendido otras muchas cosas que no deben de interesarnos lo más mínimo.

Pero somos así, gente cotilla y dispuesta a compadecernos de a quien suponemos débil y asustada. Ahora algunos dirán que esto tampoco es por el sistema heteropatriarcal dominante.

¡Ah! Sólo una cosa más ahora que ya tenemos Gobierno: futuro ministro o ministra de Educación, déjese de tantas reválidas y añada al currículo escolar una asignatura sobre INTELIGENCIA EMOCIONAL. Es por el bien del país, se lo aseguro.

Este artículo se publicó originalmente en el blog de Ana Vázquez Toscano.

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