La tanqueta

Mario Ortega

Estoy casado y tengo una hija. Licenciado en Ciencias Químicas y Doctor en Ciencias Ambientales.

La tanqueta en Cádiz.
La tanqueta en Cádiz.

La tanqueta es propiedad del estado cedida a Fernando Grande-Marlaska, bilbaíno, juez, ministro del Interior nombrado por Pedro Sánchez, y diputado cunero por Cádiz. Wikipedia no da luz alguna sobre que haya residido alguna vez ni en Cádiz ni en Andalucía. La tanqueta es el “a por ellos”, ellos son ahora los gaditanos, los currantes de la murga de Carlos Cano, las y los andaluces de siempre.

La tanqueta ha salido a las calles de Cádiz, Puerto Real, barriada del Río San Pedro; “guardia no tires pelotas, que pa pelotas (y ovarios) Puerto Real”, cantaba también Carlos Cano. No pasa el tiempo, bueno sí, el tiempo pasa y Cádiz, Andalucía, destapa la podredumbre del España va bien, la Andalucía imparable y la Segunda modernización, operaciones de marketing político/electoral para ocultar que se nos vendía, regalaba y robaba delante de nuestras narices. Cádiz sigue ahí, nos recuerda su fuerza milenaria, su raíz liberal y republicana, su ¡viva la Pepa!, su carnavalería crítica con la que ni Franco pudo acabar. El pueblo de Cádiz, de la bahía, es hoy faro y guía del pueblo andaluz.

La tanqueta es la España que dispara contra la democracia, contra los derechos laborales, contra la justicia social. La tanqueta es asunto serio, la tanqueta en las calles de Cádiz se le ha atragantado a Pedro Sánchez, al PSOE andaluz, al presidente andaluz del PP, Juan Manuel Moreno Bonilla y a su vicepresidente Juan Marín. La tanqueta muestra cuál es el verdadero signo de su “moderación”. La tanqueta es Vox. La tanqueta viene a mantener a raya a Andalucía, viene a disparar contra nuestro cerebro colectivo, contra nuestra memoria. ¡Viva Cai! ¡Viva Andalucía libre!

La tanqueta nos recuerda la desindustrialización de Linares, la caída de Abengoa, las decisiones para contener industria contaminante en Huelva o Algeciras, los recortes en Airbus, los vertederos tóxicos y nucleares en Córdoba y Huelva, la catástrofe de Aznalcóllar. La tanqueta conmemora la desindustrialización de la Bahía, Solchaga, Gónzalez, Chaves.

La tanqueta ha de recordarnos que cuando se pudo invertir en industria de y para las energías renovables, no se hizo, que nos robaron todo lo que de banca pública tenía Andalucía, que se entregó el campo andaluz a multinacionales de la producción agraria y la alimentación, que se agredió a las pymes y se las puso al servicio de oligopolios de capital extranjero, que se elimino la vida de los centros históricos y el empleo en ellos y en los barrios con la aceptación masiva de grandes superficies comerciales.

Que se desmanteló nuestra red ferroviaria, sobre todo la de Andalucía oriental. Que se regaló el sol, la playa y la naturaleza a capital extranjero para convertirnos en esclavos y esclavas alimentadas por la precariedad, con nuestros hijos e hijas condenados una vez más a la emigración.

La tanqueta atravesada en el camino de las y los gaditanos es la viva imagen del peso muerto recaído sobre Andalucía. Juan Manuel Moreno Bonilla no va a sacar adelante sus presupuestos, o sea los presupuestos con los que entrega Andalucía a agentes externos a nuestra tierra, insiste en la destrucción de nuestro litoral, nuestra naturaleza, nuestro patrimonio agrario y urbano, y debilita los servicios públicos educativos y sanitarios. Presupuestos con mucho dinero para concentrar en pocas manos. Al presidente andaluz se le ha atragantado la tanqueta, no habla, regurgita silencio.

La tanqueta ha conseguido lo contrario de lo que pretendía, en vez de asustar a las y los gaditanos nos ha mostrado su ejemplo de dignidad, dándole un poco mas de conciencia al pueblo andaluz.

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