El suicidio necesita seguir siendo una prioridad de salud pública en 2026

El suicidio sigue siendo una emergencia de salud pública que requiere atención sostenida y políticas de prevención reforzadas

21 de diciembre de 2025 a las 11:12h
Familiares de personas que optaron por el suicidio en Andalucía, en una imagen de archivo.
Familiares de personas que optaron por el suicidio en Andalucía, en una imagen de archivo. ESTEBAN

Me contaba una amiga que su hermano con 70 años se había suicidado. Ella trabajaba en salud mental en Andalucía y tenía la sensación de que la atención recibida había sido un desastre. En ese marco, me entero que el Consejero de Sanidad, presidencia y emergencias Antonio Sanz ha dicho equivocadamente que el plan de suicidio de Andalucía ha sido el primero de una CCAA. La verdad es que antes que el de Andalucía han sido en 2014 el de Navarra, en 2016, el de La Rioja, en 2017 el de Galicia, en 2017 el de la Comunitat Valenciana, en 2018 en Comunidad de Madrid, en 2019, el del País Vasco (Euskadi), en 2020, el de Aragón, en 2021, el de Cataluña, el de Castilla y León, el de Castilla-La Mancha, en 2022, el de Illes Balears, el de la Región de Murcia, el de Cantabria, el de Canarias y en 2023, el de Andalucía , junto a Asturias, Extremadura, Ceuta y Melilla. Contrastes para una situación que necesita mejorar y mucho y más tras los datos de esta semana sobre él suicidio en 2024.

Los datos definitivos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes al año 2024 confirman que 3.953 personas murieron por suicidio en España, manteniéndose esta causa entre las más preocupantes de mortalidad externa a pesar de un ligero descenso respecto a 2023.  

Tendencia nacional: descenso, pero cifras altas

Según el INE, las 3.953 defunciones por suicidio en 2024 representan una reducción de 163 casos respecto a 2023, cuando se registraron 4.116 fallecimientos por esta causa. Esta disminución consolida una tendencia a la baja en el último bienio, aunque la cifra sigue siendo elevada: casi 11 personas pierden la vida cada día por suicidio en España.  

La mortalidad por suicidio continúa afectando mayoritariamente a hombres, que representan aproximadamente el 73 % del total de fallecidos (2.902 personas), frente a 1.051 mujeres. Esta brecha de género es una constante en las estadísticas españolas y refleja también diferencias sociales, culturales y de acceso a apoyo psicosocial.  

Los datos del INE muestran una tasa de suicidio nacional de 8,1 por cada 100 000 habitantes, con mayores concentraciones entre los grupos de mediana y avanzada edad, y un porcentaje significativo —casi un tercio de los casos— entre personas mayores de 65 años.  

Andalucía: cifras, tendencias y realidad regional

En Andalucía, los datos señalan que 815 personas fallecieron por suicidio en 2024, una cifra que representa un incremento respecto al año anterior (772 casos) y evidencia un reto persistente en salud mental y prevención.  

La distribución por género en la comunidad refuerza la tendencia nacional, con 631 hombres y 184 mujeres que perdieron la vida por suicidio. Andalucía también muestra variaciones importantes entre provincias: Sevilla (164), Málaga (163) y Cádiz (121) encabezan las cifras absolutas, mientras que en términos relativos localidades como Córdoba o Granada presentan tasas particularmente elevadas.  

El aumento en Andalucía pone de manifiesto una emergencia silenciosa, reflejo de factores como el aislamiento social, la precariedad emocional o la falta de recursos de apoyo en ciertos colectivos.  

Los intentos de suicidio atendidos en urgencias superan los 5.000 casos al año, con un porcentaje de menores atendidos entre ellos. Existen variaciones por provincia y por edad, con mayores tasas entre adultos de mediana edad y mayores.  

Prevención y respuesta institucional

Pese a las cifras todavía preocupantes, desde el Ministerio de Sanidad se ha resaltado el descenso gradual de suicidios y se ha insistido en la necesidad de políticas públicas reforzadas para frenar esta lacra. Los programas de acción en salud mental, la creación de estrategias de prevención con enfoque comunitario y la capacitación de profesionales son algunos de los puntos destacados por las autoridades para 2025 y años siguientes.  

El suicidio sigue siendo una emergencia de salud pública que requiere atención sostenida y políticas de prevención reforzadas. En Andalucía, el incremento de casos y la disparidad provincial enfatizan la necesidad de acciones específicas adaptadas a la realidad social y demográfica de cada territorio.

Qué se puede hacer ante estos datos

1. Informarse y romper el tabú

El suicidio es frecuentemente un tema silencioso y estigmatizado, lo que dificulta que las personas busquen ayuda. Hablar abiertamente y con empatía puede ayudar a reducir ese estigma y salvar vidas.

2. Sensibilización comunitaria

•Difundir información útil y basada en datos, como señales de alerta y recursos disponibles.

•Fomentar que escuelas, universidades, lugares de trabajo y asociaciones formen parte de la conversación y de estrategias de apoyo.

3. Conocer y promover recursos de ayuda

En España existe el teléfono nacional de prevención del suicidio: 024 – Línea de Prevención del Suicidio, que es gratuita, accesible las 24 h y atendida por profesionales capacitados. Este tipo de recursos es fundamental porque ofrece contención emocional inmediata, apoyo y orientación a personas en crisis o a familiares preocupados.

4. Fomentar el acceso a servicios de salud mental

•Apoyar políticas que fortalezcan la atención a la salud mental, especialmente en Atención Primaria.

•Promover la detección temprana de problemas de salud mental y la derivación adecuada a tratamiento profesional.

5. Educación emocional y prevención desde edades tempranas

•Incluir programas de educación emocional en escuelas y entornos educativos.

•Formación para docentes y familias para reconocer señales de riesgo como:

•cambios drásticos en el comportamiento, aislamiento social, pérdida de interés en actividades,

•comentarios sobre sentirse sin esperanza o querer dejar de vivir.

6. Cultivar una escucha activa y redes de apoyo

•Escuchar sin juzgar a personas que expresan sufrimiento emocional es una intervención poderosa.

•Ampliar redes de apoyo social (familia, amigos, vecinos) puede reducir la sensación de soledad no deseada, un factor importante de riesgo.  

7. Impulsar políticas públicas efectivas

•El Gobierno español ha aprobado un Plan de Acción para la Prevención del Suicidio 2025–2027, que incluye acciones como campañas de sensibilización, mejor formación de profesionales, coordinación intersectorial y creación de observatorios de datos.  

•Las administraciones autonómicas, como la andaluza, también están trabajando en estrategias de prevención específicas.

8. Apoyo tras una pérdida (postvención)

•Familiares, amistades y comunidades necesitan apoyo cuando ocurre una muerte por suicidio.

•Existe evidencia de que un acompañamiento adecuado puede reducir el riesgo de contagio o nuevos intentos.

Por tanto es necesario que se desarrollen enfoques más amplios que abarquen la educación emocional, un mayor acceso a apoyos psicológicos y campañas de sensibilización social, con especial atención a los grupos más vulnerables, como hombres de mediana edad, personas mayores aisladas y jóvenes en riesgo.

El suicidio no es inevitable

Muchas muertes se pueden prevenir con el apoyo adecuado, políticas eficaces y una sociedad más informada y empática. Los datos pueden parecer duros, pero su utilidad está en motivar respuestas — personales y colectivas — para salvar vidas y ofrecer esperanza.

Si uno/a de nosotros/as o alguien cercano está en riesgo ahora mismo, es importante llamar al 024 o a los servicios de emergencia si hay peligro inmediato. La acción de cada uno de nosotros/as puede marcar la diferencia.

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