En las próximas semanas, en apenas cuatro días, se van a celebrar el Día Europeo de la Red Natura 2000, el Día Internacional de la Diversidad Biológica y el Día Europeo de los Parques Naturales. Tres efemérides relacionadas entre sí que en Andalucía cobran vital importancia, porque un 32% de nuestro territorio está incluido en la Red de Espacios Naturales de Andalucía, Renpa, lo que suponen unos 2,9 millones de hectáreas protegidas, de las que unas 82.000 son espacios marinos. Cifras que nos colocan a la cabeza de superficie protegida por comunidades autónomas, algo que debería enorgullecernos, aunque para algunos sean sinónimo de retraso, de freno al desarrollo económico o un capricho para proteger un puñado de patos y plantas.
“El aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo”; “Construir un futuro compartido para todas las formas de vida” y “Repensar, restaurar y reconectarnos”, son los lemas para cada uno de esos días. Imágenes, ideas, conceptos y verbos de acción, que probablemente escucharemos de boca de nuestros políticos mientras plantan un árbol, dan una charla en un colegio, o sueltan algún animal recuperado. Sonrisas y bonitas palabras, fotos que ocuparán las redes sociales, medallitas para luego seguir a lo suyo, primar la economía por encima de la naturaleza e ignorar las leyes que las protegen.
Pero como son días de celebración haremos un esfuerzo y nos olvidaremos de la descatalogación parcial de los Artos de El Ejido, del parque eólico de Cabo de Gata, de la destrucción del Desierto de Tabernas por parte de las plantas fotovoltaicas, de los desmontes en la Sierra de Gádor para presumir de un 3% más de superficie invernada, del agotamiento y sobreexplotación de los recursos hídricos que amenazan grandes humedales de la provincia, del carril bici que atravesará Punta Entinas Sabinar, o de la eutrofización de las Albuferas de Adra. También dejaremos pasar la cancelación de los programas y proyectos de voluntariado y educación ambiental, y las subvenciones y ayudas a pequeños colectivos para que puedan realizar las acciones de divulgación y sensibilización que llevan organizando desde hace años. Es momento de celebrar, de cuadrarse en la foto, de falsear estadísticas y de prometer inversiones para erigirse como los más verdes del planeta, en los garantes de la biodiversidad, en los impulsores de la sostenibilidad.
Puestos a celebrar deberíamos dirigir nuestras miradas y aplausos a los cuatro itinerarios educativos que El árbol de las piruletas realizará con escolares y asociaciones por el Paraje y Reserva Natural de Punta Entinas Sabinar; o los itinerarios que a bordo de La Blancazul la Asociación Promar realizará por la costa de Adra para conocer el LIC Sur de Almería-Seco de los Olivos; o las jornadas que Ecologistas en Acción realizará para recordarnos que “sin Biodiversidad no hay vida” en los pueblos y ciudades; o los esfuerzos que la Asociación Monumento Natural Peana de Serón está realizando para que la dejan comenzar con la recuperación de la encina milenaria; o el trabajo que están realizando los jóvenes de Tíjola para que la Sierra de los Filabres sea declarada Parque Natural; o las limpiezas de playas que comienzan saludando al sol y que se han vuelto a realizar este fin de semana; o las plantaciones que el Proyecto Bosque realizará en Almócita; o lo que sea que vayan hacer, porque algo harán, tantos otros colectivos que hay repartidos por la provincia y que son los grandes defensores, conservadores y divulgadores de los espacios naturales protegidos y la biodiversidad de nuestra tierra. A ellos son los que hay que aplaudir, apoyar y facilitar su labor.
Si tuviesen algo de dignidad y vergüenza nuestros políticos no se pondrían en la foto estos días, pero como sabemos que de eso van justitos, y más cuando llegan las elecciones, los volveremos a escuchar con sus moralinas, con sus consejos, con sus lecciones magistrales, diciéndonos lo que tenemos que hacer y justificando su falta de soluciones y de alternativas.
Esta semana también se celebra el Día del Reciclaje, así que prepárense a las cifras maquilladas sobre el reciclado de los plásticos de la agricultura, de la eficacia de nuestros sistemas de gestión, de la importancia de la economía circular y de la responsabilidad individual. Que no les pille por sorpresa cuando los escuchen acusarnos de todos los males que rodean al mundo de la recuperación, reutilización y reciclaje de residuos. Al final siempre nos señalan a nosotros sin atreverse a reconocer su falta de valentía para romper con unas políticas que no están funcionando porque la administración no predica con el ejemplo.
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