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Hay que reclamar que no corten las alas a estos verdaderos superhéroes que quieren darlo todo sin nada a cambio.

Que haya una persona que, de forma altruista, quiera hacer felices a los niños ingresados en un hospital y no se lo permitan es desolador. Eso es lo que le ocurre al Spiderman gaditano que durante años ha entrado en las habitaciones del hospital Puerta del Mar para hacer más llevadero el ingreso de los más pequeños. El caso resulta curioso. Después de tanto tiempo realizando esta labor, ahora se lo prohíben. Hay que aceptar que la normativa va por delante pero, ¿por qué el hospital no se acogió a lo que dice la legislación vigente desde el principio? Una muestra más de la lentitud y el pasotismo de la administración. Este es un ejemplo que deja patente que aunque hay normativas en las que la mayoría estaríamos de acuerdo con el cambio, nadie nos escucha. Lamentablemente una vez más la burocracia está por encima de hacer feliz a alguien. 

La actitud del superhéroe gaditano es de alabar. Tras el anuncio de la prohibición de sus visitas se ha comportado de la mejor manera. Tenía la opción de enfadarse, despotricar contra la administración y no querer realizar más la acción solidaria. Pero el camino que ha elegido es el contrario. Se ha ofrecido a pagar su propio seguro para poder realizar la actividad y ha manifestado que no tiene problema en mostrar su documentación a los encargados de la seguridad del hospital cada vez que entre. Una actitud admirable. Además ha asegurado que acata lo que diga la ley y que no tiene nada en contra del centro hospitalario ni de sus trabajadores, que entiende la decisión que han tomado. 

La seguridad, y más en la zona infantil de un hospital, es prioritaria. Pero el Spiderman de Cádiz ha demostrado que hace bien su labor y los gaditanos se la reconocen. Hay peticiones de firmas para que le permitan volver a realizar su actividad. Y ni con esta actitud, buena voluntad y con tanto apoyo ha conseguido, de momento, su objetivo. Desde el hospital le daban dos opciones. La primera pertenecer a una asociación que ya tiene cubierto el cupo de actividades. La segunda crear su propia asociación. Algo inviable para muchas personas y que no es tan fácil como parece. En definitiva, o perteneces a una asociación, o la creas tú.  Como persona física tú no puedes ayudar por mucha falta que haga. Resulta increíble que hasta para realizar una labor voluntaria tan bonita pongan tantos obstáculos. Los únicos que deberían decidir si quieren o no que pase un rato con los niños son los padres de los pequeños ingresados.

A través de estas líneas quiero reconocer la labor de todos los gaditanos que de forma voluntaria hacen lo posible para hacer felices y facilitar la vida de quienes atraviesan momentos complicados. Igual que se reclaman otros temas, hay que reclamar que no corten las alas a estos verdaderos superhéroes que quieren darlo todo sin nada a cambio.

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