2017, te compadezco. No es tu culpa el haber caído tras un año tan bueno en todos los sentidos como 2016. 

Jamás imaginé que fueras a superar a 2015, 2014 o 2013. ¡Cuán equivocado estaba! 2016, sin duda has sido el mejor año para el centro histórico. Has bañado todo este tiempo con tu luz, tus decisiones acertadas y tu incidencia en la vida de las personas que residen en el centro de Jerez. No es posible mayor gozo y satisfacción al hablar de ti. Sin duda todos tus antecesores te envidiarán y todos los que te sigan desearán ser como tú. Comenzaste viviendo de la renta de tu año madre, 2015, que te legó todo un plan director que se ha cumplido con una perfección pasmosa: cualquiera que hoy pasee por la plaza Belén sabrá valorar que no presenta, en absoluto, el mismo aspecto que ha mostrado durante los últimos lustros. Es más, pocos pueden resistirse a pasear por sus jardines o a utilizar sus juegos infantiles. Verdaderamente hoy día es un espacio para disfrutar en familia o simplemente para caminar, facilitando la comunicación entre una parte y la otra del barrio, que otrora habían permanecido separadas por completo. ¿Y qué decir del palacio de Riquelme, ese gran faro que serviría para mostrar al visitante, como tarjeta de visita, todas las bondades de la zona desde el lugar topográficamente más elevado de toda la ciudad? Sin lugar a dudas las palabras, textuales, del brillantísimo delegado de cultura que tenemos en la actualidad no se pudieron decir de forma más profética: nadie podrá verdaderamente poner en duda que el palacio cumple su función. En la actualidad permanece abierto de par en par para disfrute de propios y extraños, que contemplan totalmente extasiados uno de los edificios renacentistas más importantes de Andalucía occidental y se deleitan, como no lo pueden hacer en su lugar de origen, con su acertada rehabilitación y puesta en valor.

Es envidiable también que al fin se hayan habilitado vehículos de limpieza adaptados para llegar a calles que no habían visto una manguera en años. Santa Isabel, Basurto o Benavente, sin duda, han notado este sustancial avance y hoy respiran, nunca mejor dicho, de una forma mucho más pura de lo habitual. En el apartado de movilidad también has resultado un año absolutamente inmejorable: los autobuses adaptados al tamaño de las calles del centro histórico han sido todo un éxito, el papel del CECOP (qué gran invento absolutamente inútil, pero claro, vale más un acrónimo que una realidad) en Semana Santa ha permitido que en todo momento permanezcan expeditos el paso de los vehículos de emergencia y que los abundantes pasos de peatones entre los palcos no hayan provocado ni una sola situación de estrés entre las personas que acuden a presenciar, sin privilegios, los desfiles procesionales. También te has mostrado ejemplar en el civismo de los usuarios de los palcos, tal como hemos visto en su retirada, al comprobar que no había prácticamente residuos en los bajos de los propios palcos.

¿Y qué decir de las acciones emprendidas en materia de convivencia? ¿Cómo, después de todo un año, podemos dudar de la palabra del delegado de Urbanismo (el mismo que el de Cultura, casualidades de la vida), cuando dijo que había ordenado el estricto cumplimiento de la normativa? ¿Cómo no confiar en una Policía Local perfectamente equipada, con una plantilla proporcionada en número a la población de una ciudad como Jerez, equipada con sonómetros y con potestad para hacer cumplir las normativas que el propio delegado (el de antes, el brillante, como el arroz que nunca se pasa, desgraciadamente) prometió no infligir? La prueba es que no se ha tenido que patrullar contra el botellón, las pancartas en plaza Vargas se han retirado, las terrazas no invaden cada vez más el espacio público y las Zambombas han recuperado su pureza tradicional.

2017, te compadezco. No es tu culpa el haber caído tras un año tan bueno en todos los sentidos como 2016. Con un patrimonio en claras vías de rehabilitación y puesta en valor, una convivencia social garantizada, unos políticos que han sabido ver el potencial del centro histórico y una sociedad comprometida con sus raíces y el conocimiento de su propia historia, lo tienes muy, pero que muy difícil. De todos modos, ya que 2016 nos dio una sorpresa muy inesperada, te esperamos el próximo diciembre para hacer balance. Lo tienes en verdad difícil, pero no imposible.

Feliz e inverso año nuevo. A ver si esta vez es verdad.

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