Resucitado

He oído estos días a sesudos informadores de TV cómo compraban sin regateo argumentos de Sanedrín y proclamaban a Cristo, Rey de los Judíos, sin merma de que el encausado dijese en su defensa que su Reino no es de este mundo

Periodista.

El Resucitado por las naves catedralicias. CANDELA NÚÑEZ

Parece que el Mensaje no termina de calar. He visto pasar al Resucitado por calles de barrio concitando en ellas a grupos de vecinos. De 20 o 30 asistían al desfile con la emoción de ver transitar a un camión de cierto tonelaje sorteando curvas y estrecheces - llámate, Juan; quiso ayudar uno desde la acera-. Ni cuarto de entrada. Ni una lágrima, ni una plegaria, ni un mínimo para el Milagro que motivó la Semana Santa y con la que hasta el Viernes han llorado, rezado, aplaudido y discutido, o se han emocionado en la ceca y brindado en la meca. Hasta el Viernes. 

Sin duda esto de ser tibios al Resucitado es el mayor sinsentido de una celebración con muchos anacronismos y mensajes confusos como la Semana Santa. Porqué escolta la policía y la guardia civil a una procesión de hombres buenos. Cómo una religión de justos requiere la presencia de Jueces y Fiscales. Qué les pasa a estos hombres de Paz que cantan el novio de la muerte. 

Son muchas la preguntas. Por no entender, no entiendo que es eso de la Hermandades -que en sí mismas me parecen malignas y contrarias al propio ecumenismo-, así sean venerables y antiguas o novisimas. Porqué romper la hermandad global entre todos los hombres con hermandades de barrio, de gremio o de clase y a tiempo y circunstancia parcial. 

No sé cuál es el epígrafe fiscal de la Unión de Hermandades ni de sus asociadas y componentes, ni sé cómo les va con la Agencia Tributaria, pero me llama la atención que el Ayuntamiento que invierte 600000€ cada año - más propina- y es responsable ante la Cámara de Cuentas, no tengan nada que decir a la hora de seleccionar en su número, sus credenciales e idoneidad a los participantes de una Fiesta de Interés Turístico Internacional que promociona, monta, organiza y provee el propio Ayuntamiento. Sería de mayor provecho a la ciudad y su pretendida Capitalidad Cultural invertir esos euros en los artesanos que atienden toda esta industria y, promoviendo sinergias, hacer industria y referente nacional de ellos. 

Hay gran confusión. He oído estos días a sesudos informadores de TV cómo compraban sin regateo argumentos de Sanedrín y proclamaban a Cristo, Rey de los Judíos, sin merma de que el encausado dijese en su defensa que su Reino no es de este mundo. He oído confundir a Roldan con Ortega Bru, y a Napoleón con Azaña. Y a mucho telepredicador llenarlo todo de palabras porque el silencio les abruma. He echado mucho de menos aquellos tiempos de Quintero y de Carmona. 

No compra el personal la cosa del Resucitado - momento final y finalistico de la Pasion- y se ve mucho mas cómodo y bien integrado entre martirios, vejaciones, dolores, clavos, bulling y longinazos. Igual es por fuerza de la costumbre. La cosa es para que el obispo se la haga mirar, porque el rebaño se le ha hecho gore y parece más adicto al infierno que pretendiente a la Gloria. 

Imagino que todo hace, pero no deja de llamar la atención que provoque mayor expectación la vuelta de una Hermandad a su casa - lo que viene siendo una mudá- que el desfile glorioso de esperanza del Titular de todas las Hermandades. La del Resucitado es algo así como la hermana menor y un poquito bastarda de la Unión y hasta hoy no le han dejado sentarse a la mesa.

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