En este país no para de llover basura, los paraguas y parapetos ya no soportan tanto, los ciudadanos estamos de mierda hasta el cuello e incluso más arriba. La justicia que debería ser la que nos diera algo de oxígeno, parece que solo deja pasar los días en el calendario por si hay suerte y pronto se aproxime un tsunami y el mar lo tape y arrastre todo, así de paso muchos se lavarán las manos con total tranquilidad.
No voy a tratar de política en este espacio donde escribo, voy a hablar de indignación; empiezo con la mía propia al ver como en algunos medios de comunicación todo vale y se inicia un debate sobre si está bien o mal que se abuchee por la calle a alguien, y en este caso más concretamente al presidente del gobierno y a su esposa en la entrada de un cine. ¿Por qué no mejor plantearse si es normal o no que el señor presidente vaya a un estreno de cine, a un acto público el mismo día en que su esposa ha declarado ante la justicia por malversación? ¿Lo hacen para demostrar normalidad? Seguramente las personas que abuchearon al presidente y a su esposa lo hicieron porque pensaron los que muchos ciudadanos; un acto de chulería, rebeldía y de decir hago lo que me da la gana porque me habéis votado y pase lo que pase yo floto entre toda la mierda en la que vosotros os estáis hundiendo.
Personalmente no abuchearía a nadie ni siquiera a los ineptos que nos gobiernan, pero entiendo perfectamente que los ciudadanos lo hagan tomándolo como una herramienta de desahogo y como una muestra de rechazo a la forma de gobernar de estas personas a las que confiaron España. En mi opinión, los medios de comunicación tienen bastantes titulares con los cuales cubrir noticias y debates, como para estar minutos y minutos debatiendo y poniendo en juicio la frustración de los ciudadanos. ¡Solo faltaría que las personas no puedan manifestar su desacuerdo! Por ello creo que no se debe poner en juicio de ninguna de las maneras a quienes al límite de su frustración en algún momento abuchee a quien cree que lo merece.
Una vez expresada mi indignación y estoy segura de que para matar la curiosidad de muchos recordaremos que los griegos (como no podía ser menos) fueron los pioneros del abucheo; es sabido que esta civilización fue pionera de muchas prácticas democráticas y culturales (que más nos valdrían tomar como ejemplo) y la de implantar el abucheo no podía ser la excepción. Los ciudadanos de Grecia se reunían en el ágora, donde discutían todo tipo de asuntos políticos y se tomaban las decisiones colectivas. En este entorno, el abucheo en la Grecia antigua se convierte en lo que sigue siendo hoy día, una herramienta que surge espontáneamente entre el populacho. Si un político no lograba convencer con su discurso o si una propuesta no gustaba, la multitud podía responder de forma inmediata con abucheos que marcaban su desaprobación inmediata. Al contrario de lo que ocurre en la sociedad española, en Grecia la opinión del pueblo era sagrada y el abucheo nació como una manifestación de que la democracia estaba activa en el pueblo.
En conclusión, diré que una vez más queda claro que la importancia de mirar siglos atrás, de estudiar la historia y las civilizaciones pasadas facilitarían mucho las cosas (pero sigan sin enseñar historia y filosofía en las escuelas que así nos va). El abucheo es una práctica democrática bastante útil cuando la democracia se ejerce de verdad y que ofende a aquellos que dicen practicarla, pero no lo hacen y solo la usan para convertir un país en un vertedero de ratas. A partir de ahora y tras leer esto, espero que puedan interpretar de otra forma la acción de abuchear. En contra de toda violencia, sea a quien sea, pero no de un abucheo que expresa lo que de otra forma no se puede expresar. No lo práctico, pero no puedo juzgar algo que nació precisamente para manifestar la opinión del ciudadano que vive en un estado de democracia. Tal vez con suerte algún abucheo pueda recordar a nuestros gobernantes el sistema político que rige en España y que si el pueblo abuchea es porque la democracia flaquea.