A lo largo de la historia han surgido diferentes mujeres que han luchado por la inclusión de ellas mismas y de las demás en la sociedad. Mujeres fuertes y conscientes de lo que han querido aportar a la causa. Se sospecha que todo comenzó durante la Revolución francesa, donde también las mujeres se alzaron para reivindicar sus derechos y el hecho de que este movimiento solo se centrara en el hombre. Pero la revolución no les ayudó en sus propósitos, con lo cual empezaron una lucha individual. Uno de los iconos femeninos y del movimiento feminista fue sin duda, Frida Kahlo.
Pintora mexicana de principios del siglo XX y pionera en un mundo de hombres (que eran los únicos en recibir los reconocimientos en el mundo del arte). La obra de Khalo, además de extensa se encuentra influenciada por los diversos episodios transcurridos a lo largo de su vida, como el conocido accidente que la dejó postrada en la cama largo tiempo. Sin embargo al pensar en esta artista, sin duda lo primero que nos viene a la cabeza es su aspecto físico.
Frida creó su imagen como si de una obra de arte se tratara, y siempre enfocada en la igualdad. Se olvidó de los estereotipos de género y masculinizó su aspecto. Se convirtió en un símbolo del feminismo por algo más que sus cuadros. El hecho de que una mujer hubiese llegado tan lejos en el mundo del arte ya es más que aplaudible, pero además quiso demostrar ser una mujer ejemplar en otros ámbitos como el político; defensora del marxismo rompía con el rol de un mundo que era asignado casi en exclusiva a los hombres, y del que sin embargo ella participaba activamente.
Pero lo más importante sin duda a destacar de esta mujer fue su legado artístico; en sus obras es donde mejor podemos observar sus ideales. En ellas nos hablaba libremente de la sexualidad, del aborto, la maternidad. La voz de las mujeres reprimidas, de aquellas que se sentían enjauladas en sus hogares y que temían expresarse libremente, era creada por sus pinceles y dibujaba un grito de libertad para la gran mayoría. Definía a sus obras no como un producto de sus sueños, sino como el resultado de su vida misma. Con sus pinturas creaba un encuentro entre la fantasía y el realismo.
Buscaba siempre inmortalizar los momentos más importantes de su vida y así creó Mi nacimiento (1932), obra que muestra a su madre con los ojos tapados haciendo alusión a la muerte, mientras que el rostro de la artista muestra su cabeza entre las piernas y un charco de sangre, haciendo referencia con esto a el aborto que sufrió años antes. Un retrato de la Virgen de las angustias y un pergamino que nunca fue escrito, adornan la parte inferior de esta obra que ha día de hoy forma parte de la colección privada de arte de la cantante Madonna.
La obra de Frida Khalo fue figurativa y autodidacta, con elementos que la acercaban a la fantasía por ello muchos la etiquetaron de surrealista. Ante este tipo de opiniones, contestaba que ella no pertenecía a tal tendencia porque su pintura trataba de su propia vida. Fue una existencialista por excelencia, de su dolor creaba belleza. Era además una romántica escritora de cartas de donde derivan sus frases más famosas como:
‘Pinto autorretratos porque estoy mucho tiempo sola. Me pinto a mí misma porque soy a quien mejor conozco’.
Murió a las 47 años en Julio de 1954 a causa de un embolismo pulmonar. Dejó un legado de alrededor de 42 obras y sus cenizas actualmente se encuentran exhibidas en su lugar de nacimiento, la Casa Azul. Falleció convertida en una influyente mujer que transformó su vida a través del arte. Presenció los más importantes acontecimientos sociales de la historia, llegando incluso a formar parte de ella. Su actitud y forma de concebir el mundo, influyó en lo que representaba la mujer en aquella época dominada por el hombre. Su arte fue la herramienta que utilizó para el cambio y dar alas a sus ideales, a la libertad.
Comentarios