Miedo y asco

¿Estoy en contra de la privatización? Por supuesto y es tan sencillo como que sepan que debido a mi enfermedad necesito un tratamiento cada 28 días que tiene un coste de cerca de 2000 euros por sesión

Una manifestación por una Sanidad pública y universal.
Una manifestación por una Sanidad pública y universal. GERMÁN MESA

Hoy voy a escribir sin rodeos sobre lo que deseo opinar, y sí, mejor me desahogo y nos desahogamos un poco todos si lo desean antes de explotar. No paro de escuchar a personas que lo están pasando mal por dolencias y enfermedades, de lamentarse del trato denigrante y penoso que están recibiendo en la sanidad pública. Antes de seguir opinando ya les informo que me veo con el completo derecho de opinar como todos los usuarios o incluso más que cualquiera, porque directamente y debido a una enfermedad crónica de la que ya algunos saben, soy afectada directa.

Quiero dejar claro también que dentro de todo lo malo y lo que está empeorando(aún más y aunque parezca mentira), valoro el hecho de que tengamos un sistema de sanidad pública en este país, pero no dejo de recordar también de dónde sale la financiación del mismo y que en más de diez años que llevo diagnosticada de enfermedad grave, crónica y degenerativa a mí nadie me ha disminuido ni un céntimo lo que pago de impuestos y, sin embargo, el servicio que recibimos usuarios y enfermos está muy cerca ya de tocar fondo y de rebosar de mierda (es lo que hay a quien no le guste la palabra que no siga leyendo). 

La sanidad pública cierra plantas en los hospitales en verano porque no quieren pagar a personal de sustitución en vacaciones de la plantilla fija. Además, no actualizan y paralizan las bolsas de trabajo ¿Además de qué? Pues de hacer recortes en las prestaciones, en personal, contratos basuras, maltratar al personal sanitario, de demostrar una falta total de transparencia en los contratos que realizan. Dejar a enfermos en pasillos de urgencias esperando a una cama libre que no llega. Cierran las agendas de las consultas y tienen a enfermos crónicos sin asistencia ni revisiones médicas durante meses, (problema que ya me encontré de nuevo hace años y que los directivos querían tapar diciendo que los médicos tienen seis meses de vacaciones ). 

Quejas de amigos, conocidos y allegados a diario por el maltrato al que son sometidos. Esperando meses y meses para intervenciones necesarias para la salud y tener una calidad de vida digna y a la que todos tenemos derecho. Reclamaciones con las que se limpian el culo (lo siento, pero las cosas por su nombre), resonancias de importancia vital para la salud de pacientes crónicos sin realizar, aparatos de resonancia estropeados (o eso dicen, lo que sea, pero las listas de espera siguen aumentando y las enfermedades agravándose).

¿Estoy en contra de la privatización? Por supuesto y es tan sencillo como que sepan que debido a mi enfermedad necesito un tratamiento cada 28 días que tiene un coste de cerca de 2000 euros por sesión ¿Qué ciudadano con un sueldo español puede permitirse eso? Si la sanidad pública no existiese yo y miles de personas a saber cómo viviríamos y si podríamos hacerlo dignamente. Pero vuelvo a insistir que nadie te da nada gratis en la vida y mejor ni calculemos cuanto se nos descuenta en nómina anualmente a un trabajador. Una cosa es valorar lo que funciona bien y otra estar ciegos y permitir que jueguen con nuestra salud y nuestras vidas. 

Sinceramente, de un tiempo a esta parte solo puedo sentir miedo. Sé y percibo que no soy la única, sobre todo cuando cada 28 días acudo a la sala de tratamientos de mi hospital y veo que cada vez hay menos personal para asistir a los pacientes, menos recursos, cuando veo como los sanitarios hacen lo imposible para que los usuarios no sientan las carencias a las que son y somos sometidos. Una persona enferma tiene miedo, aunque luche por no manifestarlo; imagínense como se puede llegar a sentir alguien al ver que el lugar donde vas para curarte o medicarte no tienen recursos para ello.

Cuando llamas para informarte porque el doctor te tendría que haber visto hace meses y te dicen que no hay consulta porque alguien a quien le importa muy poco los enfermos ha cerrado una agenda y no la abre. Solo nos queda el derecho a reclamar, a gritar y pedir explicaciones a quienes juegan con nuestras vidas. Que nos digan en que invierten el dinero y los recursos para cuidar a los ciudadanos. Alcen la voz, llenen los centros de salud y hospitales de hojas de reclamaciones, es uno de los pocos derechos que aún no nos han quitado. Únanse para recuperar aquello que ya por derecho era nuestro.

Nada es más importante que la salud de los ciudadanos, de nuestros niños y ancianos (hospitales sin pediatras y nos quedamos de brazos cruzados y pagando por asistencia médica). Tal vez les parezca en estos momentos que todo es en vano e inútil, pero sin guerreros no se ganan batallas. No dejen a los pacientes y sanitarios solos en la lucha, pues en algún momento todos necesitaran de aquello, por lo que muchos ahora siguen batallando. 

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