Ayer estando con un amigo pensaba en voz alta “Qué rápido se ha pasado un año”, “El tiempo pasa volando cuando uno se encuentra bien”, reflexionó él también y a modo de respuesta mientras me daba un abrazo de esos que te regeneran el corazón.
Según las estadísticas, cada año se registran 500.000 terremotos destacables en el mundo, así que llámense suertudos si en 365 días no ha temblado nada bajo sus pies. Cada segundo, según contabilizan en la Asociación internacional de transporte Aéreo despega un avión, no es la primera vez que les digo que de vez en cuando hay que mirar al cielo ¡Ojo al dato!
¿Y qué pasa en nuestro corazón durante un año? De todo, tanto bueno como malo estarán pensando y no solo eso, sino que además y según datos obtenidos de la fundación española del corazón, el motorcito es capaz de latir sin dejar de sentir en todo momento hasta 108.000 veces al año. Igual tendríamos que detenernos un poco más a escucharlo, te aconsejo que apartes lo inservible como el miedo y el odio, así te será más fácil.
También hay cosas que hacemos continuamente y sin ser consciente de ello, como parpadear que lo hacemos una media de 11520 veces al día. Te dejo que multipliques esa cifra por los días que tiene el año. ¿Será por eso que cuando pasan ciertas horas del día nuestros ojos están tan cansados y quieren cerrarse? Seguro que hay una explicación científica a eso de tener sueño, pero quien sabe si tanto parpadeo también tendrá algo que ver (O que no ver). Y en la misma línea, dentro de las cosas de las que no somos conscientes, se encuentra la tierra por donde pisamos; firme e inmóvil, pero solo en apariencia, ya que como todos sabemos, esta gira alrededor del sol ¡Y el tiempo es oro para ella! ¡Lo hace a 30 km por segundo! ¡No me extraña que Quino hiciera gritar a Mafalda que se quiere bajar!
Por último, toca horrorizarse con las estadísticas que hacen referencia a las telecomunicaciones, internet y redes sociales. Según estas, en un minuto se realizan 3,8 millones de búsquedas en Google, se abren 120 cuentas en internet, enviamos 156.000 correos electrónicos, compartimos más de 65.000 fotos y enviamos 29 millones de mensajes por WhatsApp ¿Cuánto necesitamos mostrar de nosotros en un año a través de una pantalla?, ¿Y si enseñáramos con menos imágenes y utilizáramos más las palabras? Tiempos difíciles para nuestros corazones que antes con tan solo dos palabras “Te quiero” mostraban tanto. Hoy es difícil mostrar una imagen de lo que late ahí dentro tal como nos exige la era digital en estos momentos.
¡Qué rápido ha pasado un año! Porque ya ha transcurrido este tiempo desde que se me dio la oportunidad de abrirme a través de esta columna a vosotros. Afortunada de haber encontrado la manera de describiros lo que siento con palabras y no con imágenes. Aquello que durante estos 365 días pasados ha inquietado, alegrado, asombrado, entristecido al pequeño músculo que me late en el pecho. Aquello que he sentido cada semana y que habéis leído cada domingo. Como dice mi amigo “El tiempo pasa volando cuando uno se encuentra bien” y sí ¡Me siento tan bien cuando os escribo! Y ¡Soy muy feliz cuando me encontráis entre las palabras que ordeno y desordeno cada semana para vosotros!
¿Qué puede suceder en un año? Todo lo que vosotros queráis que suceda ¿Bueno?, ¿Malo? Según lo mires, pero recuerda estés donde estés y aunque te encuentres en la mejor compañía bebe siempre a pequeños sorbos, y haz que dure, solo así comprenderás que lo que has dejado atrás nunca fue malo, pero lo que estar por llegar será sin duda mucho mejor.
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