Aunque hoy en día casi todo tiene que ver con la política, sabéis que en pocas ocasiones trato sobre esta materia en mis opiniones de los domingos. Me ha llegado, sin embargo, por privado un video donde un payaso alardea de saber contar y que afirma que “los andaluces no saben contar”. Solo con esta última frase ya sabrán sin duda a qué payaso me refiero y de qué circo se ha escapado. Este individuo presume tal vez de saber contar, pero lo que parece que no sabe es que a un andaluz no se le silencia.
Y si no nos calla ni Dios, no se imagina Feijóo lo bien que se nos da contar; pa’ lante y pa’tras, como nos da la gana y sin faltar al respeto a nadie. ¡Con to el arte del mundo! En el norte y para este individuo, será toda una proeza el saber contar que en una ría existen dos orillas. Vente a Cádiz, Alberto, y que una ama de casa gaditana te enseñe cómo hace las cuentas para llegar a fin de mes con cinco de familia, una hipoteca y un sueldo que no llega ni a los mil. ¡Quédate en la ría contando chinitas! ¡Hazme caso porque vas a contar más piedras allí que votos en nuestra comunidad autónoma! Por la boca muere el pez y aprende a restar, no a contar, porque es lo único que has conseguido con tu fobia a los andaluces.
No voy a dar ejemplos de nada, porque un andaluz no tiene nada que demostrar a este payaso. Somos más de ocho millones de andaluces que durante siglos ya hemos demostrado bastante y seguiremos haciéndolo cada vez que sea necesario. Aquí no perdemos el tiempo contando playas, ni ríos, ni senderos porque el paraíso no está hecho para eso; está para vivirlo, amarlo y, cuando se nos permite, trabajarlo. Porque los de fuera vienen a disfrutarlo y al de aquí le toca trabajar para cuando los de las rías bajan desesperados porque les roce un rayo de sol y comerse una tortilla de camarones.
Y además de contar, en el sur de España sabemos “tener en cuenta”, y cuando vayamos a las urnas, a los payasos y directores del circo les van a faltar dedos en las manos y en los pies para calcular la resta. Igual cuando llegue el momento, Alberto y algunos más deben contar hasta diez y no saben cómo. Visto y lo visto, contar orillas es el mayor logro de los bufones azules en este año que está a punto de terminar. ¿Ven qué fácil es faltar al respeto? Igual de fácil que contar, pero si Feijóo (jamás le podré decir señor) no tiene educación, ¿Cómo pretende educar a un país? Perdón, se me olvidaba que algunos, a pesar de presumir de ser grandes matemáticos, lo único que pretenden es tirar a los españoles y a los andaluces a la jaula de los leones. Y no olvidemos que además “se cuenta lo que a cada uno le da la gana”; Deben quedar muchos descendientes de Pitágoras en la península. ¡Qué nivel, mire usted!
Pero mientras algunos siguen contando, nosotros los andaluces, sin embargo, preferimos bañarnos en nuestras playas, ríos y lagos. Caminar, reír, disfrutar en sus orillas mientras despedimos a los más bellos atardeceres con el compás de las palmas. Sanarnos el alma y los males con el salitre de nuestro mar de plata. El andaluz siempre tira pa’ lante y nuestra cuenta atrás es la de los días que faltan para el carnaval, la Semana Santa, pa’ comer el pan de Cádiz, las tortas de Nochebuena, las torrijas, los erizos, el gazpacho y los caracoles. Aunque por culpa de muchos como usted, Feijóo, cada vez haya menos motivos para celebrar. Pero el andaluz, en vez de contarlos, ¡Celebra! Así vivimos y así somos, pese a quien le pese. ¡Feliz Navidad a todos los lectores y sobre todo a ti, que tienes el privilegio de ser andaluz!